lunes, 26 de septiembre de 2011

Cuadragésimo octavo día.

Después de casi dos meses y medio, trato de publicar algo decente. Mi inspiración ha volado lejos. En algún momento volverá de sus vacaciones, espero. Pero sin agobios. Por ahora, esto es de lo único que he conseguido escribir.

"Cierro los ojos y me sumerjo en un silencio sangriento. Las horas se deslizan a mi alrededor con movimientos agónicos. Pero yo no. Yo no me muevo. Me quedo aquí sentada, descansando en el desastre, esperando a que alguien me ofrezca una mano y me saque del dolor. Anclada en una desesperación ácida. En un eco gris. En un suspiro moribundo. Y mis sueños vagan por un camino de polvo y piedras hacia ninguna parte, buscando, buscando, alzando la mirada al cielo. Tratando de encontrar una salida. Unas escaleras invisibles colgadas de la luna. Pero no hay ni una nube. Las lágrimas se evaporan antes de tocar el suelo, y sólo queda un rastro salado. ¿Adónde ir? La oscuridad se lleva mis más profundos anhelos. Pensé que podría. Pero todo está lejos ahora. Y las cadenas pesan, y las rocas se cierran sobre mí, y los rayos del sol desaparecen. Y un trueno hace temblar el mundo. Y yo no me muevo. Yo no me muevo."

viernes, 15 de julio de 2011

Cuadragésimo séptimo día.

"Ahora sólo queda recoger las cenizas de aquel amor tan grande que tuvimos. Y sí, siempre estuvo bien tener aquella burbuja de sueños junto a ti. Pero la realidad ha caído sobre mí piedra por piedra, golpe por golpe, y ya no tengo nada claro. Quizá lo más sano para ambos sea separarnos, para crecer libres."

miércoles, 13 de julio de 2011

Cuadragésimo sexto día.

Últimamente me siento extraña. Reflexiono, reflexiono constantemente. Tal vez sea que tengo demasiado tiempo libre. Benditas vacaciones.

"Mariposas de la noche. Vuelan en la oscuridad, allá arriba. Lejos, muy lejos. Me recuerdan que ellas son las únicas que pueden escapar de esta farsa. Y mientras tanto yo me quedo aquí, sola, perdida, llena de temor y desconcierto. Y mientras tanto la agonía me consume a cada instante. Estoy confusa. Hoy ya no tengo claro dónde se supone que debo ir, que debo estar. Ansío abrir mis alas y abandonarme al vacío. Entregarme al viento. Olvidar que un día alguien me dijo que en mi destino no entraba salvarme. Quiero huir. Seguir la luz que se cuela entre las rejas de mi jaula. Buscar algo mejor. Vivir. Vivir, libre."

viernes, 17 de junio de 2011

Cuadragésimo quinto día.

Hope you like it.
"Miro a la gente pasar y me siento sola. Pequeña. Lo cierto es que nadie debería sentirse así. Parecen tan felices que mi amargura crece y eclipsa todo lo demás. Quizá lo mejor para ambos sería que nos olvidásemos el uno del otro. Quizá no merece la pena seguir luchando y cayendo una y otra vez por un amor que se desvanece. No hay solución. Esta vez no. Y me observo a mí misma y no veo nada más allá de esta niña que se consume en su propio odio. En su propia guerra. No veo nada más allá de esta máscara que se cae a pedazos al intentar sonreír. Desengaño. Me creía tan grande, tan imperturbable. Tan fuerte. Pensaba que nadie podría nunca conmigo. Entonces llegaste tú y rompiste mis esquemas. No soy fuerte, pues una sola caída pudo destruirme por completo. No soy imperturbable, pues un soplo de viento pudo levantar un tsunami dentro de mí. No soy tan grande, pues tú lo eras mucho más. Un solo beso podría haberlo cambiado todo. Una palabra, un gesto. Pero tú no hiciste nada. Intentaste ignorar aquello que nos pasaba. Pensabas que fingiendo que todo iba bien las cosas acabarían arreglándose. Siguiendo aquella estúpida costumbre de negar los problemas en silencio, pensando que, si no los sabe nadie, no existirán. Creyendo que, si no los cuentas, se desvanecerán. Tal vez por vergüenza, o por miedo al rechazo. Pero no. Negarlo no sirve. Y los problemas y los sueños rotos y los desengaños y las decepciones nos aplastaron, y nos perdimos. Olvídalo. Nunca debimos jugar a esto."

viernes, 10 de junio de 2011

Cuadragésimo cuarto día.

Para que quede claro, no existe ningún tipo de continuidad en mis entradas. Están numeradas porque me pareció que quedaba bien, sólo eso.
Mi primer escrito como persona libre:

"En ocasiones parpadeo y me encuentro en lo alto de un precipicio. Frente a mí se extiende, implacable, infinito, opaco, el mar. Dudo si saltar o no. Un trueno sacude el mundo. Tropiezo. ¿Qué voy a hacer? Me confundo. Ya no sé si te echo de menos o me he acostumbrado a no verte. Ese vacío que me esperaba más allá del cielo enturbiado parece cada vez más lejano. ¿Es el paraíso, que se aleja, o tu recuerdo, que por fin se desvanece?
El puente que construimos juntos era débil. Todo el mundo sabe que no se puede construir nada sobre cimientos de mentiras. Todo el mundo sabe que nada crece en la tierra yerma. Pero nosotros no lo supimos. Intentamos atravesar el pozo, juntos. Tratamos de hacer crecer el amor en dos corazones muertos, inertes, vacíos. Vacíos de todo.
No estábamos preparados para esto. Creímos que todo era posible. Pensamos que éramos capaces. Pero no. Maldita sea, ¿Por qué no nos dimos cuenta? Ahora ya no hay vuelta atrás. Nos destruimos, ardemos, ardemos, crepitamos, estallamos en un millón de esquirlas doradas.
La tormenta descarga sobre mí su ira eléctrica. Un sollozo trepa por mi columna y me provoca un escalofrío. Las piernas me fallan. Caigo al suelo, la lluvia se confunde con mis lágrimas. Me quedo allí, esperando quizá a que un rayo me alcance y acabe con todo. Sólo puedo sentirlo. El dolor es tan intenso que parece que las finas estructuras que me mantienen a flote se resquebrajan y chirrían, a punto de partirse.
No voy a volver a mentirte. No podría. Ahora lo único que queda es un puñado de ruinas en llamas, nada más. Pero está bien así. Está bien así."

jueves, 9 de junio de 2011

Cuadragésimo tercer día.

¡Por fin, libreeeeeeeeeeeee!
Esto  es una parte de "Los renglones torcidos de Dios", de Torcuato Luca de Tena.
"-¿Qué piensa usted de las artes?
-El arte es la ciencia de lo inúl.
El médico frunció la frente, sorprendido. Aquella respuesta no cuadraba con la personalidad que había creído adivinar en su paciente.
-¿Quiere decir que desprecia usted las artes, que las considera algo trivial, y a quienes las practican gentes desocupadas que no tienen otra cosa mejor que hacer?
-¡Nada de eso, doctor!¡Considero que el arte es tanto más sublime cuanto mayor es su inutilidad!
-Explíquese mejor.
-El hombre es el único animal que se crea necesidades que nada tienen que ver con la subsistencia del individuo y con la reproducción de la especie. No le basta comer para alimentarse, sino que condimenta los alimentos, de modo que añadan placer a la satisfacción de su necesidad. No le basta vestirse para abrigarse, sino que añade, a esta función tan elemental, la exigencia de confeccionar su ropa con determinadas formas y colores. No se contenta con cobijarse, sino que construye edificios con líneas armoniosas y caprichosas que exceden de su necesidad: lo cual no ocurre con la guarida del zorro, la madriguera del conejo o el nido de la cigüeña. ¿Hay algo más inútil que la corbata que lleva usted puesta?¿De qué le sirve al estómago una salsa Cumberland o un chateaubriand a la Périgord? ¿Qué añade al cobijo del hombre el friso de una escayola o las orlas en forma de signos de interrogación de los hierros que sostienen el pasamanos de una escalera? Pues bien: todo eso que está inútilmente “añadido a la pura necesidad”… ¡ya es arte! La gastronomía, la hoy llamada alta costura y la decoración son las primeras artes creadas por nuestra especie, porque representan los excesos inútiles añadidos a las necesidades primarias de comer, abrigarse y guarecerse."

sábado, 4 de junio de 2011

Cuadragésimo segundo día.

Tres días. Tres días y seré libre.
Espero que os guste(y que comentéis o algo). A mí me gustan mucho vuestros blogs y me gustaría comentaros, pero, jo, no sé por qué no puedo meterme en otras páginas con la cuenta abierta y no puedo poner comentarios. Es frustrante, me molesta. Veré a ver si logro solucionarlo.

"Cierro los ojos y sólo respiro. Paz. Por unos momentos, estamos solos, el silencio, la oscuridad, el vacío y yo. Y si no pienso en nada el olor del mar inunda mis pulmones. Sonrío. Ojalá pudiera quedarme así para siempre, ajena a todo. Ojalá pudiera olvidarme por unos instantes de que la realidad acecha más allá de mis párpados cerrados.
Pero en algún momento de mi sueño despierto y la luz me ciega, y el ruido vuelve, y el olor del mar es sustituido por el del humo, la sangre, la derrota. Acercándose, haciéndose cada vez más fuerte. Grito en medio de este viento huracanado que me impide pedir ayuda. Pero nadie puede oírme. La vida se lleva mi agonía hacia alguna parte. Sería tan fácil dejarme llevar. Sería tan fácil abandonarlo todo…"

sábado, 14 de mayo de 2011

Cuadragésimo primer día.

¡Fin de exámenes!

"Será desagradable, horrible, doloroso, pero cada vez que lo pruebo quiero más, y me pierdo en ello, en ti, en tus besos. Y siempre me digo que sólo probaré un poco, y después una avalancha de emociones me impide alejarme y me empuja hacia el centro del remolino, que me absorbe y me hunde y no me deja salir a flote.
Ayer te dije que te odiaba.  Te mentí. En realidad, no te odio. No a ti. De hecho, creo que estaba hablando conmigo misma. Me parezco desastrosa, imperfecta hasta siendo imperfecta, desmerecedora  de tu amor. Me pregunto: ¿Por qué me dejo caer en tus brazos? Si ambos sabemos que nuestro amor no hace más que hundirnos, quemarnos y matarnos. Si ambos sabemos que nunca debimos estar juntos.
Antes era diferente. No había rencor, ni problemas, ni nada que pudiera separarnos. Era tan simple. Nos queríamos y eso era lo único que importaba.
Pero hoy… hoy hemos crecido y ese castillo de naipes que construimos juntos se ha desmoronado piso por piso. Y todo aquello por lo que luchamos yace en el suelo convertido en un puñado de cartas pisoteadas. Intento evitarlo, créeme que lo intento. Pero luego te acercas y una corriente invisible me lleva hacia ti y, por un momento, me olvido de que no podemos estar juntos. Me olvido de todo y soy feliz.
Nuestros caminos se forman por separado, paralelos, y por más que se acerquen, nunca se van a unir. Debimos haber aceptado eso hace mucho. Ahora es demasiado tarde. Nos hemos consumido."

lunes, 9 de mayo de 2011

Cuadragésimo día.

Me siento en crisis existencial. No sé si será por los exámenes o por ver tantas noticias catastróficas.

"Siento cómo la alegría se me escapa poco a poco. ¿Y qué importa? Espero poder encontrarla de nuevo. Me repito una y otra vez que sólo estoy pasando por un mal momento. Un mal momento, eso es todo. Pero se está haciendo tan largo… Empiezo a pensar y los pensamientos dan vueltas y vueltas y me pregunto cómo he llegado aquí y me encuentro sentada en un rincón esperando a que alguien me despierte.
Los silencios son más profundos desde que estoy así. Yo nunca he visto la necesidad de hablar si no tenía nada importante que decir. Ahora nunca tengo nada importante que decir. Todo me parece banal. Nada importa. Nos preocupamos por cosas tan intrascendentes que a veces me doy vergüenza. La gente muere a nuestro alrededor y nosotros lloramos por haber perdido la cartera. ¿Qué clase de mundo es éste?
Últimamente estoy desengañada. Pensé que todo era posible y hoy no puedo alcanzar nada. Todo está lejos. La luna está lejos. El futuro está lejos. Mis sueños están lejos.
Estaba tan cegada por el mundo ilusorio en el que vivía que ahora que se ha hecho la luz deseo volver a la oscuridad. Nada tiene sentido, el universo está en desorden. Y me ahogo en este caos de corrupción, mentiras y muerte."

domingo, 8 de mayo de 2011

Trigésimonoveno día.

¿A ti nunca te ha pasado ponerte a escribir y emocionarte tanto que te dan ganas de gritar y te quedas en blanco porque lo que sientes en ese momento no puedes expresarlo con palabras? Últimamente me pasa a menudo.
¡¡¡Tres exámenes!!!

"Siento ganas de gritar. Gritar alto y dejar que mi angustia se desparrame en todas direcciones, dispersándose, desvaneciéndose hasta desaparecer. Aprieto los puños con fuerza, hasta casi hacerme daño. Tengo ganas de llorar, pero no salen lágrimas de mis ojos secos. Doy puñetazos a la pared, buscando sentir dolor, dolor que me recuerde que sigo aquí, que estoy viva. Dolor que me diga que no pierda la esperanza.
No lo sé. A lo mejor la madurez me ha alcanzado deprisa y el peso de la realidad ha caído de golpe sobre mis hombros, haciéndome tropezar. Pierdo la fe. No debería ser así, pero ya no espero nada de nadie. He llegado a la conclusión de que quizá sea mejor evitar decepciones.
Es un sentimiento que me quema por dentro y no puede salir. La escritura no calma esos rugidos internos que me muerden, arañan y despedazan. Sólo puedo quedarme en silencio, apartar la mirada, fingir calma cuando un tornado arrasa mi mente y no me deja pensar. Parezco serena, pero en mi interior se libra una lucha a muerte. Creo que en el fondo aún espero que alguien se dé cuenta y, sin preguntarme nada, me abrace. "

miércoles, 27 de abril de 2011

Trigésimoctavo día.

Por fin, volvió mi inspiración. Empezaba a preocuparme.

"Y, en un golpe del destino, encontré sus ojos a través de la multitud, persiguiendo los míos hasta alcanzarlos en una mirada devastadora, catastrófica, atormentada, implacable, infinitamente profunda, que lo arrasó todo y me sumergió en un torrente verde y azul. Y una curiosidad mórbida prendió su llama dentro de mí. Tenía que saber quién era. Tenía que hablarle.
Pero cuando la emoción se calmó y me dirigí hacia donde estaba él, se había ido. Entonces lo supe. Supe que volveríamos a vernos, que no descansaría hasta volver a ahogarme en esa mirada infinita, en ese océano inmenso. En aquel momento, algo me dijo que, cuando lo encontrara, estaríamos juntos siempre."

viernes, 8 de abril de 2011

Trigesimoséptimo día.

Por fin, viernes, y otra cosa escrita por mí.

"Pero tú no estás. No estás. Y quizá fue culpa mía que te fueras. O no. Quizá fuimos los dos. Pero duele tanto pensar en todos aquellos años. Duele tanto levantarse cada mañana y pensar en ti, y buscarte, y descubrir que te fuiste, que no eras más que un sueño. El corazón late tan deprisa que parece a punto de estallar. Atrapado, atado fuertemente con cadenas que lo aplastan cada vez más. Y grito, y no me oyes, allá lejos. ¿Hasta cuándo durará esto? Te echo de menos. ¿Volverás a buscarme? Un día me prometiste que sí lo harías. ¿Acaso era mentira? No sé, puede que sí. Al fin y al cabo, también me prometiste que no me dejarías sola. Ya no puedo confiar en ti. No puedo sentarme a esperar a que vuelvas. ¿Sabes…? Yo antes no dependía de nadie. Entonces llegaste tú y lo cambiaste todo. Me cambiaste a mí, revolucionaste mi vida, mi alma, mis sueños. Incluso mi forma de pensar. Te amaba tanto. Te amo tanto. Y una parte de mí aún sigue queriendo correr a buscarte, a suplicarte que la dejes a ella y que vuelvas conmigo. La otra parte es el orgullo. Y me confunden, me confunden y hay veces que tengo que sujetarme con fuerza a algo para no ir hacia ti. Y me repito una y otra vez que, si ahora no estás, no merece la pena. Ahora, que es cuando más te necesito. Quizá logre olvidarte algún día, pero hoy no. Hoy te amo. Eso es todo."

sábado, 2 de abril de 2011

Trigésimosexto día.

Pesimista, profundamente pesimista. En fin, I'm sorry.

"La voz que me susurraba palabras al oído se ha apagado. Ya no escribo nada. Silencio. Sólo silencio. Y trato de encontrar de nuevo esa fuente de inspiración que arrancaba versos de mi pluma. Y me pierdo. Estoy perdida, inmersa en medio de una oscuridad densa, que me aplasta, que me mantiene pegada al suelo. Densa y húmeda como una bruma. Tristeza. Respiro tristeza en cada rincón de estas cuatro paredes que se cierran cada vez más. Mis gritos quedan ahogados en una inmensidad sin eco. Vértigo. Miro hacia lo alto y me siento tan pequeña. ¿Dónde estará el cielo? Mil millones de kilómetros nos separan. Niebla. Niebla que me ciega. No veo nada, no veo nada. Busco alguna luz que brille en este pozo negro. Oh, Dios. Mantenme despierta. No me dejes caer. Abrázame.
La vida cercenó mis alas y ya no puedo volar. Y todos mis sueños bailan a mi alrededor en una danza desgarradoramente hermosa. Se escapan, se alzan. Salto, pero mis pies permanecen pegados al suelo; grito, pero mi voz es absorbida por la nada; añoro aquellos días de paseos por el cielo, y lloro.
No queda nada, la tinta desaparece al tocar el papel y mis ideas se esconden más allá de esa superficie blanca."

jueves, 31 de marzo de 2011

Trigésimoquinto día.

Nunca imaginaste que algo así pudiera pasar tan cerca de ti.

Me gustaría escribir algo, o dedicarle un poema o canción, pero en serio, hoy no me sale nada.

domingo, 27 de marzo de 2011

Trigésimocuarto día.

Pablo Neruda, "Manifiesto por una poesía sin pureza".

"Es muy conveniente, en ciertas horas del día o de la noche, observar profundamente los objetos en descanso: las ruedas que han recorrido largas, polvorientas distancias, soportando grandes cargas vegetales o minerales, los sacos de las carbonerías, los barriles, las cestas, los mangos y asas de los instrumentos del carpintero. De ellos se desprende el contacto con el hombre y de la tierra como una lección para el torturado poeta lírico. Las superficies usadas, el gasto que las manos han infligido a las cosas, la atmósfera a menudo trágica y siempre patética de estos objetos, infunde una especie de atracción no despreciable hacia la realidad del mundo.

La confusa impureza de los seres humanos se percibe en ellos, la agrupación, uso y desuso de los materiales, las huellas del pie y de los dedos, la constancia de una atmósfera humana inundando las cosas desde lo interno y lo externo.

Así sea la poesía que buscamos, gastada como por un ácido por los deberes de la mano, penetrada por el sudor y el humo, oliente a orina y a azucena salpicada por las diversas profesiones que se ejercen dentro y fuera de la ley.

Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos.

La sagrada ley del madrigal y los decretos del tacto, olfato, gusto, vista, oído, el deseo de justicia, el deseo sexual, el ruido del océano, sin excluir deliberadamente nada, sin aceptar deliberadamente nada, la entrada en la profundidad de las cosas en un acto de arrebatado amor, y en el producto poesía manchado de palomas digitales, con huellas de dientes y huelo, roído tal vez levemente por el sudor y el uso. Hasta alcanzar esa dulce superficie del instrumento tocado sin descanso, esa suavidad durísima de la madera manejada, del orgulloso hierro. La flor, el trigo, el agua tienen también esa consistencia especial, ese recurso de un magnífico acto.

Y no olvidemos nunca la melancolía, el gastado sentimentalismo, perfectos frutos impuros de maravillosa calidad olvidada, dejados atrás por el frenético libresco: la luz de la luna, el cisne en el anochecer, “corazón mío” son sin duda lo poético elemental e imprescindible. Quien huye del mal gusto cae en el hielo."

sábado, 26 de marzo de 2011

Trigésimotercer día.

Hoy, algo más feliz y optimista que se me ocurrió volviendo del gimnasio y sintiéndome súper sana. Para que luego digan que sólo escribo cosas tristes.

"A menudo(demasiado a menudo) hay algo que se nos pasa por alto: ESTAMOS VIVOS. ¿Por qué preocuparse por el futuro? Vive día a día. Disfrútalo. Disfruta cada instante, cada abrazo, cada sonrisa. Poco a poco. Que pase lo que tenga que pasar. Nos preocupamos tanto por lo que podría ocurrir que se nos olvida que estamos aquí y ahora. Que lo real es lo que estamos viviendo hoy. Quién sabe, quizá mañana se acabe el mundo y no nos quede nada. ¿Y qué importa? Habremos sido felices todos los días de nuestras vidas. ¿Que nos encontramos con baches? Todo el mundo tiene un día malo. Meses malos. Incluso años malos. Pero entonces llega un momento en el que te das cuenta de que estás perdiendo el tiempo. Llorar no sirve. Hay que ser fuerte y seguir avanzando. Superar lo que venga. Piensa en la suerte que tienes de ser lo que eres. Hay personas que no tienen ni siquiera una oportunidad. Lánzate, atrévete. Construye tu propio camino."

jueves, 24 de marzo de 2011

Trigésimosegundo día.

Muy, muy pesimista. Lo siento, pero la clase de filosofía me deprime.

"Quizá es por eso por lo que discutimos tanto. Tenemos ideas distintas. Pensamos de forma diferente. Sentimos nuestros mundos como si no fueran el mismo.
Amarse no es suficiente. No es suficiente. Nos equivocamos, nos equivocamos y el amor queda sepultado bajo una lápida esculpida a golpe de mentiras y desconfianza. Intenta escapar, lucha con las paredes de su celda, con los bordes de su ataúd, agonizando, agonizando. Muriendo de pena y vacío.
Yo te quiero. Te quiero. Pero ya no creo poder llenar una nada tan inmensa sólo con mi amor. La distancia que nos separa se ha hecho tan grande que ya no puedo oír tu voz. Y he dejado de llamarte. Se nos ha acabado el tiempo y no encuentro una razón para seguir tratando de amarte. No nos pertenecemos.
Y a veces me odio por pensar así, y lo siento. Lo siento si hice algo mal. Lo siento si te hice daño. Lo siento si ahora miro inmóvil cómo mi amor se me escapa poco a poco.
Y en esta oscuridad tan negra y tan profunda, debo reconocer que tengo miedo. Miedo de no encontrar aquello que busco lejos de ti. Miedo de darme cuenta demasiado tarde de que no tenía las cosas claras. Miedo de encontrar una solución cuando ya te he perdido.
¿Y si no encuentro la libertad que anhelo?
Me ahogo en mi propio rechazo. ¿Es que no sirvió de nada todo lo que hice?
Abrázame, abrázame por última vez antes de desaparecer para siempre. Ahora que sé que no estarás me siento pequeña, muy pequeña.
¿Qué hacer? El viento se lleva todo aquello en lo que yo me apoyaba.
Pero ya no puedo hacer nada. La fuerza me abandona. Susurro tu nombre. ¿Dónde estás? No debería buscarte.
Amanece. Tengo que irme. Tenemos que irnos. Lo perdimos todo. Somos diferentes. Incompatibles. No nos busquemos. Dejémonos caer. Perdámonos en el infinito de la soledad. Seamos libres."

lunes, 21 de marzo de 2011

Trigésimoprimer día.

Me han dicho que diga qué escribo yo y qué no. Esto es mío.

"No sé en qué momento aprendí a vivir sin ti. Pero de repente un día me desperté y me di cuenta de que ya no te necesitaba, de que el alma ya no dolía al pensar en ti, de que mi corazón se había cerrado a tu imagen, a tu recuerdo, a tus besos. Besos que me quitaban la vida, aun sin saberlo. Besos que me hacían sentir mejor, sin estarlo. Eras como una droga, no era feliz a tu lado pero te necesitaba para sobrevivir. No podía imaginar mi vida sin ti. Y cuando te fuiste, cuando te fuiste me sentí más sola y vacía que nunca, te necesitaba, te necesitaba como un muerto de sed necesita una gota de agua. Y pasaron los días y el terror no cedía, y pasaron meses, un año, dos. Y entonces desapareciste sin más, desapareció mi adicción a ti. Encontré algo mejor. Algo bueno, algo libre. Algo que no necesitaba encerrarme para estar ahí. Encontré el amor."

lunes, 14 de marzo de 2011

Trigésimo día.

"Cristales rotos, cojines destrozados, pedazos de papel quemados que vuelan de un lado a otro con el aire que entra a través de la ventana entreabierta. Te ahogas en tu propia soledad. Buscas entre el desastre algún sueño que pudiera haberse salvado, algún momento, una canción, una foto de los dos. Tarareas algo para romper ese silencio que te mata y tu voz se pierde en el vacío. Una pluma cae a cámara lenta, dando vueltas, dando vueltas, movida quizá por un hilo invisible que está a punto de partirse. Te sientas en el suelo, remueves el polvo y la ausencia. Un pétalo de rosa. Te preguntas qué fue lo que hicisteis mal. Las paredes ennegrecidas se te caen encima. El techo se cae a pedazos. El sol desaparece. Y ahí, en medio de todo y de nada, en medio de tanta tristeza, te encuentras tú, ebria de una desesperación que te consume, que te hiela, que te quema. Nada está donde debería estar. Y, cuando intentas poner algo en su sitio, todo lo que llevabas hecho se deshace y se destruye. Un paso hacia delante, mil hacia atrás. Piensas que ojalá pudiera pararse el tiempo y volver a empezar para no cometer los mismos errores. ¿Y sabes qué es lo peor? Saber que, si volvieras a nacer, volverías a intentarlo, y a equivocarte, y a caer, y a perderlo todo, y a estrellar el espejo contra el suelo, y a quemar sus recuerdos, y a apuñalar los cojines, porque sabes que todos esos años han merecido la pena. Todo lo que has hecho ha merecido la pena."

sábado, 12 de marzo de 2011

Vigesimonoveno día.

"Y cuando lo hayas destruido todo, cuando la distancia y el tiempo se hagan insalvables, cuando te des cuenta de lo que has perdido y nunca recuperarás, cuando te encuentres al borde del abismo… Recuerda que yo algún día te quise."

lunes, 7 de marzo de 2011

Vigesimoctavo día.

“Ella se acercó lentamente a la ventana, para después pararse a mirar con escepticismo el mundo que transcurría a sus pies. Dio una larga calada a su cigarrillo antes de decir nada.

-¿Usted cree en el amor, señor Black?

-No. Yo pienso que es un fenómeno necesario en el ser humano para que haya descendencia. Una quimera. El amor no es más que una ilusión, un engaño, algo que el hombre crea para no sentirse solo, y si se aferra a él, acabará por perderlo todo.-contestó él, apoyado en una pose despreocupada en el marco de la puerta, la corbata suelta, la camisa arrugada, el cabello revuelto.

-¿Eso es lo que le pasó?

-¿Y usted?¿Cree en el amor?-preguntó tras una pequeña pausa, evitando contestar a su pregunta.

-Creo en lo bueno que saca de las personas.”

domingo, 6 de marzo de 2011

Vigesimoséptimo día.

En un arranque de inspiración surrealista, el fluir de mi pensamiento.

-Yo soy fuerte. Soy fuerte. Y las personas fuertes no lloran ni se esconden ante las adversidades, las superan. Yo soy de aquellos que se encogen de hombros y dejan pasar las cosas porque les son indiferentes. Les son indiferentes porque saben que podrán salir del hoyo.
-Hasta la persona más fuerte puede tener momentos de debilidad.
-Yo no. Tengo una familia que depende de mí y no puedo permitirme dejarme caer. Yo puedo hacerlo todo.
-No. No puedes. Si sigues así, acabarás por volverte loca.
-Ya lo estoy. Lo estoy. Si no lo estuviera, tú no estarías aquí.
-Es que yo no estoy aquí. Ni siquiera existo. Sólo soy un fruto de tu imaginación.
-No es cierto.
-Algún día abrirás los ojos y te darás cuenta.
-Entonces será demasiado tarde. No importará nada. ¿Qué se le va a hacer? Ya no podré arreglarlo. Sólo trataré de compensar mis errores de alguna forma.
-Tienes que hacerme desaparecer para poder estar con ellos.
-Imposible. Ya formas parte de mí.
-Acabaré contigo.
-Pero yo te amo…
-No me amas. Tú no puedes amar.”

domingo, 27 de febrero de 2011

Vigesimosexto día.

"Miro de nuevo el papel. Completamente limpio. Vacío de palabras. Y busco a mi alrededor algo que prenda esa llama dentro de mí. Ideas. Tengo que buscar ideas. Algo sobre lo que me apetezca reflexionar. Pero nada fluye por mi mente embotada y al final acabo igual que al principio. No hay fórmulas mágicas. Simplemente nada me impresiona. No se me ocurre nada.  A lo mejor lo que me pasa es que no encuentro nada en este mundo que merezca ser contado. Nadie quiere leer sobre la muerte, la crueldad, la guerra, la hipocresía. Nadie quiere leer sobre aquello que ve todos los días y que le recuerda que el mundo muere a cada momento.
Estamos ante el ocaso del universo. A veces me pregunto si será porque  las personas lo hacen un lugar peor. Quizá sea eso. ¿Acaso el ser hombre implica necesariamente ser malo…? ¿O es la sociedad la que lo empuja a comportarse así?¿O matamos porque está dentro de nuestra naturaleza? No sé, no sé nada. Al fin y al cabo, ¿qué puedo decir yo? Yo no soy antropóloga, ni psicóloga, ni socióloga. Sólo soy una chica que, cada vez que ve en las noticias una muerte nueva, se pregunta el porqué de la degeneración de nuestro mundo, y se asquea. Y se pregunta cómo puede ser que alguien que comete una atrocidad semejante esté tranquila y lo repita. No lo entiendo. Sí, hay personas que se arrepienten de lo que han hecho y quizá merezcan ser perdonadas. Pero hay quien vuelve a matar, y no se arrepiente, y no le importa. No le importa nada. ¿Cómo puede pasar? ¿Cómo puede haber alguien tan malo? Me llamaréis inocente, ignorante, loca, pero yo creo que no debería ser necesario que los hombres encierren a los hombres. Yo soy de ese reducido grupo de personas que mantenía la esperanza de encontrar un mundo mejor. Yo corría hacia una pared esperando poder atravesarla y llegar hasta una realidad nueva, y me golpeé contra ella, y desperté. Y me di cuenta de que la inteligencia de los hombres es también su perdición. Nos perdemos, nos perdemos. ¿Por qué hay guerras?¿Por qué matamos, robamos, torturamos? No estábamos hechos para esto. Nadie estaba preparado para esto. Hemos perdido nuestra esencia, y ahora somos malos, y no existimos. Como la grotesca imagen de un pretendido mundo que se hunde. Acabaremos con todo. Y cuando nos demos cuenta, también habremos acabado con nosotros mismos, y estaremos solos, y no existirá nada más que el dolor, la muerte, la ira, el desengaño, la hipocresía, la mentira, el egoísmo, el hambre, la corrupción. Y todo lo bueno se habrá contagiado de esa negrura y habrá desaparecido bajo una manta gris. Para siempre."

lunes, 21 de febrero de 2011

Vigesimoquinto día.

Mío.


"Estás sola. Es esa soledad que te invade cuando estás rodeada de gente pero no te apetece estar con nadie. Nada te llena. Nada satisface tu necesidad de sentirte amada. Y sola te alejas de la multitud y te sientas en un sofá junto a la ventana a ver pasar el mundo. A ver pasar la vida. A perder el tiempo. No sabes que el futuro está ahí, esperándote. Ocupas tu tiempo haciendo planes, esperando aquello que nunca llegará, buscando cosas imposibles en vez de dejar que vengan solas.
La depresión te inunda y te sientes abandonada. Los demás te miran, pero no te ven. No te ven. Estás mal y nadie se da cuenta. No pueden llegar más allá de tu falsa sonrisa. De tus ojos empañados. De tus palabras sin tiempo. No se imaginan cuántas noches de llanto has pasado en silencio, no se imaginan cuántas veces has tenido que esconderte porque no aguantabas más. No tienen ni idea de lo tedioso que te resulta vivir. Un día, y otro, y otro más. Y no pasa nada en absoluto. No pasa nada. La misma soledad y la misma angustia momento tras momento. Noche tras noche. Año tras año. La vida se escapa y el tiempo vuela entre hojas secas. Y tú estás ahí, en el centro del huracán. Todo se mueve, todo avanza, y tú te quedas inmóvil, estancada en aquel momento en el que todo se vino abajo y el mundo dejó de tener sentido. Aburrimiento, las horas pasan lentas. Los días se suceden bajo una manta oscura. Esperas a alguien que te salve de la monotonía. Rutina. Soledad. Todo. Nada."

sábado, 19 de febrero de 2011

Vigesimocuarto día.

Otra entrada escrita por mí. El final de los exámenes da bastante tiempo libre.

"Me miro en el espejo. Un cigarrillo en la mano y una copa en la otra. Embriaguez, embriaguez que me aturde y no me deja pensar. ¿Qué debería estar haciendo ahora? Claro, tendría que estar en casa estudiando para no suspender el examen del lunes. Pero…¿Cómo voy a estudiar, si lo único que puedo recordar son tus ojos, si lo único en lo que puedo concentrarme es en intentar revivir todos aquellos momentos que pasé contigo?
El vaso cae a cámara lenta, se rompe a mis pies. Piso un pedazo de cristal. El suelo se llena de algo rojo. Parpadeo, intentando enfocar la vista y descubrir qué es. Me recuerda a aquel atardecer frente al mar, cuando el cielo se tiñó de un color ardiente y el agua pareció fundirse con él, como el hierro fundido. Pero tú no estás, y no importa, ya no importa.
Tengo sueño. Quiero beber más para ver si así consigo olvidarte, o recordarte, o volver contigo, o lo que sea. Alguien se acerca a mí y me pregunta si estoy bien. Después dice que tendría que parar, que estoy mal. ¿Mal? Es la primera vez que me siento bien en meses, es lo que necesito. Una excusa para dejarme ir.
Caigo al suelo, una voz me llama. Intentan levantarme. Alguien pide que llamen a una ambulancia. El techo se llena de virutas blancas. Cierro los ojos. Paz. El sonido de olas llega hasta mis oídos. Quizá no debí tomar tantas pastillas. ¿Y qué importa lo que debí hacer y lo que no? El resultado es el mismo.
Atardecer frente al mar. Amanecer contigo. No quiero, no quiero volver. Estoy bien así. Sin nada, sin dolor, sin pensar. ¿Adónde fuiste? Ya no lo recuerdo. Me dijeron que intentara superarlo, y en vez de eso he decidido hundirme, hundirme hasta alcanzar el fondo y así tener alguna esperanza de poder emerger de nuevo. Pero no parece haber fondo. Estoy taladrando el fondo. Me ahogo. Me ahogo.
Fuego que me consume; casi puedo oírlo crepitar, reduciéndome a cenizas. 
Sálvame, eres el único que puede devolverme la vida. Vuelve, vuelve pronto o será demasiado tarde."

viernes, 18 de febrero de 2011

Vigesimotercer día

By me.
"Me miró por el rabillo del ojo y esbozó una media sonrisa sarcástica. El viento nos desordenaba a él el pelo y a mí las ideas. Me quedé parada durante unos segundos, observándole. Qué guapo estaba. Ante su expresión inquisitiva, sonreí, desvié la mirada y empecé a caminar de nuevo, acelerando el paso cuando vino detrás de mí.
-Espera.-exclamó mientras me agarraba del codo y me hacía detenerme.
-¿Qué pasa?¿Acaso quieres acompañarme a casa?
Entonces fue él quien evitó mis ojos, paseando la mirada alrededor de mí hasta posarla en algún lugar más allá de mi cabeza.
-No sé.-dije.-Quizá yo no sea la chica más guapa del mundo, ni la más lista, ni la más perfecta. Pero, ¿sabes? Soy real, y estoy aquí, contigo. ¿De qué tienes miedo?
-Sabes que nunca pensé en ti de esa forma.
-Claro que no. Siempre fui la infantil amiga de tu hermana pequeña.
Él se rió, volvió a mirarme. Sus ojos oscuros se clavaron en los míos. Se encogió de hombros. Después, se puso serio.
-Me gustas mucho-susurró de repente. Lo dijo tan bajo que por un momento me pregunté si había sido el viento, o mi imaginación. Entonces se acercó a mí, atrapó un mechón de mi pelo entre sus dedos, lo miró, me miró a mí y sonrió. Acercó sus labios, buscando los míos. Y en aquel momento fui yo la que tuve miedo, y no pude hacer otra cosa que apartarme y empezar a caminar a paso ligero. No volvió a intentar besarme."

miércoles, 9 de febrero de 2011

Vigesimosegundo día.

Ayer encontré un poema que recité en el instituto cuando estaba en tercero y me trajo bonitos recuerdos. Es de José Hierro. Aquí lo dejo.

"Sé que el invierno está aquí,
detrás de esa puerta. Sé
que si ahora saliese fuera
lo hallaría todo muerto,
luchando por renacer.
Sé que si busco una rama
no la encontraré.
Sé que si busco una mano
que me salve del olvido
no la encontraré.
Sé que si busco al que fui
no lo encontraré.
Pero estoy aquí. Me muevo,
vivo. Me llamo José
Hierro. Alegría. (Alegría
que está caída a mis pies.)
Nada en orden. Todo roto,
a punto de ya no ser.

Pero toco la alegría,
porque aunque todo esté muerto
yo aún estoy vivo y lo sé."

domingo, 30 de enero de 2011

Vigesimoprimer día.

"Pero el futuro aparece ahí, oscuro, vacío, incierto. Una hoja en blanco aún por escribir. Un mar negro y profundo sin explorar. Y hay que zambullirse y empezar a bucear. Arriesgarse a perderlo todo. Sin saber nada, ni qué te espera, ni qué buscas, ni siquiera quién eres. Tienes que construir una ciudad nueva en el infinito de las posibilidades. Construirte a ti mismo. Piensa qué clase de persona quieres ser y empieza a trabajar. Piensa adónde quieres ir y marca tu rumbo. Busca un objetivo. Búscate. Encuéntrate. Vive. Al fin y al cabo sólo tenemos una oportunidad."

domingo, 23 de enero de 2011

Vigésimo día.

Hoy me apetecía publicar algo, pero como la inspiración no me sonríe, para celebrar mi vigésima entrada os dejo el estribillo de Angels, de Robbie Williams.

"And through it all she offers me protection,
a lot of love and affection
whether I'm right or wrong...
And down the waterfall
wherever it may take me
I know that life won't break me.
When I come to call
she won't forsake me.
I'm loving angels instead."

lunes, 17 de enero de 2011

Decimonoveno día.

"Una historia de amor condenada a disolverse como dibujos de témpera bajo una cortina de lluvia. Dos corazones dibujados con un trazo irregular en un suelo de madera. Dos iniciales. Un sueño. Un futuro incierto que se funde con deseos imposibles.
Gasolina. Una cerilla. Alguien que quiere separarlos para siempre. Fuego, fuego que lo arrasa todo, que incinera dos almas que se desmoronan con suspiros trágicos.
Y, de pronto, un amor que resurge de las cenizas como el ave fénix, más fuerte, más puro, más infinito que nunca. Todo y nada a la vez. Les queda toda una vida para amarse, y sienten que es poco. Nunca podrán mostrarse la totalidad de ese amor que les da y les quita, y que cada vez que les quita ellos tienen más. Así de grandes son sus almas. Aunque no estén juntos, aunque todos quieran separarlos, aunque partan la tierra en dos y queden separados en distintos rincones del universo... Seguirán juntos siempre."

Por MJ.