Y de nuevo, otro poema de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, alias Pablo Neruda.
"Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.
A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre girnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarle cómo eras entonces, cuando aún no existías.
De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.
Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraeron al cielo.
Tú estás aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin ambargo alguna vez corrió una sombre extraña por tus ojos.
Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.
Cuánto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.
Mis palabras llovieron sobre tí acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos."
("Tú me responderás hasta el último grito"...)
martes, 28 de diciembre de 2010
martes, 21 de diciembre de 2010
Decimoséptimo día.
Hoy, un poema de Bécquer. La verdad es que me gusta más Neruda, no sé, es menos "pollo". Pero también me encantan los poemas de Bécquer. Ahí va:
Entre el discorde estruendo de la orgía
acarició mi oído
como nota de música lejana,
el eco de un suspiro.
El eco de un suspiro que conozco,
formado de un aliento que he bebido,
perfume de una flor que oculta crece
en un claustro sombrío.
Mi adorada de un día, cariñosa,
"¿En qué piensas?", me dijo.
"En nada..." "En nada,¿y lloras" "Es que tengo
alegre la tristeza y triste el vino".
Entre el discorde estruendo de la orgía
acarició mi oído
como nota de música lejana,
el eco de un suspiro.
El eco de un suspiro que conozco,
formado de un aliento que he bebido,
perfume de una flor que oculta crece
en un claustro sombrío.
Mi adorada de un día, cariñosa,
"¿En qué piensas?", me dijo.
"En nada..." "En nada,¿y lloras" "Es que tengo
alegre la tristeza y triste el vino".
martes, 14 de diciembre de 2010
Decimosexto día.
"Tantas palabras que quedaron sin decir, tantos versos que nadie pudo nunca escribir. Tantos sentimientos enjaulados en un corazón cerrado al amor. Tantos abrazos y besos soñados que se quedaron en sueños temblorosos a la luz de una vela que se apagaba. Miedo. Miedo de sentir algo que no se debía sentir, de ser rechazado, de agarrarse a una rama demasiado débil y caer al vacío. Dos corazones latiendo el uno por el otro, al unísono, buscándose, buscándose. Tratando de darse la mano y dejarse ir. Y el orgullo y el temor hablaron por ellos, disfrazándolos de indiferencia y desprecio. Y no pasó nada. Lo dejaron ir. Aquel amor que debería haberlos unido para siempre se desvaneció, formando virutas blancas en el aire helado. No hubo despedida. Nunca hubo nada y a la vez lo hubo todo. Se quisieron. Ya no, es cierto, pero siempre quedarán todas aquellas cosas hermosas que pudieron haber pasado y que los atormentarán eternamente. Pero no pasó nada. No pasó nada.".
domingo, 5 de diciembre de 2010
Decimoquinto día.
Otra entrada escrita por mí. La inspiración me sonríe.
"Como un niño al que arrancan violentamente de los brazos de su madre. Como un pedazo de roca que se desprende y cae, golpeando paredes, hasta estrellarse en mil pedazos en el fondo de un acantilado. Como una rama seca arrastrada por la corriente, río abajo, río abajo, hasta encontrar una cascada que la rompe. Así nos separaron a nosotros. Un impacto agresivo, doloroso. Solos, solos. Ahora más que nunca. Nos necesitamos. Me necesitas. Te necesito. Tenemos que estar juntos, para poder saltar sobre el tiempo y volver a ser felices. ¿Confías en mí? Escala, escala por estas paredes de arena que se desmoronan. Búscame. Yo saltaré del precipicio más alto para reunirme contigo.¿Dónde estás? Encuéntrame, encuéntranos. Volvamos a estar juntos. Subamos contra corriente para morir juntos en lo alto de la montaña. Seamos tú y yo. Uno. Siempre. Para toda la vida."
lunes, 29 de noviembre de 2010
Decimocuarto día.
Hoy, está nevando.
"Miro el paisaje invernal que se extiende frente a mí y cierro los ojos, deslumbrada por su pureza. Cada copo de nieve es como una estrella caída, que cae lentamente convertida en un pequeño trozo de algodón frío y se deposita en el suelo, para después, derretirse con un suspiro agónico. Cada uno es distinto, es perfecto, increíblemente bello. No es ni bueno ni malo, ni alegre ni triste. Es sólo eso, blancura. Nada. Virutas de paz que te acarician con su aliento blanco..."
"Miro el paisaje invernal que se extiende frente a mí y cierro los ojos, deslumbrada por su pureza. Cada copo de nieve es como una estrella caída, que cae lentamente convertida en un pequeño trozo de algodón frío y se deposita en el suelo, para después, derretirse con un suspiro agónico. Cada uno es distinto, es perfecto, increíblemente bello. No es ni bueno ni malo, ni alegre ni triste. Es sólo eso, blancura. Nada. Virutas de paz que te acarician con su aliento blanco..."
viernes, 26 de noviembre de 2010
Día 13.
Como podréis observar, hoy no pongo número ordinal en el título porque decimotercero queda fatal... Así que ahora es día 13.
Ésto también es mío, escrito en mis horas de aburrimiento en clase:
"Me siento bajo un árbol y saco el viejo libro de poemas que me regalaste. Las hojas caídas crujen debajo de mí, son arrastradas por el viento y tratan de acariciarme con sus colores dorados. Una niña juega un poco más allá con un pequeño perro blanco. Se ríe, se cae al suelo, rueda sobre un colchón de hojas llenándose el pelo de esquirlas pardas. Sonrío con tristeza y cierro los ojos. Espero. Leo la dedicatoria que escribiste en la primera página: "Que sepas que te quiero.", decías. No, no lo sabía, y ya no lo sé. ¿Dónde estás? Te siento tan lejos. ¿Crees que algún día volveremos a vernos? Y mi corazón, vestido de fuego, se desliza sobre el bosque de mi alma, quemándolo todo. Y la niña se reúne con su madre y se marchan.
Anochece. El sol se esconde, tiñendo de naranja las hojas que caen, una a una, sobre mí. Enterrándome bajo una manta seca. Tengo los pies fríos. La noche cae implacable sobre el mundo y ya no puedo leer.¿Vas a volver? Llevo tanto tiempo esperando que ya no recuerdo el día en que te fuiste. La imagen es borrosa.¿Quién dijo adiós?¿Tú o yo?¿Quién es esa silueta que se aleja en mi mente, una y otra vez?¿Quién eres tú? Ya no sé ni lo que siento. Si estoy triste de verdad o lloro por costumbre. Y el frío me susurra con su aliento de muerte..."
Ésto también es mío, escrito en mis horas de aburrimiento en clase:
"Me siento bajo un árbol y saco el viejo libro de poemas que me regalaste. Las hojas caídas crujen debajo de mí, son arrastradas por el viento y tratan de acariciarme con sus colores dorados. Una niña juega un poco más allá con un pequeño perro blanco. Se ríe, se cae al suelo, rueda sobre un colchón de hojas llenándose el pelo de esquirlas pardas. Sonrío con tristeza y cierro los ojos. Espero. Leo la dedicatoria que escribiste en la primera página: "Que sepas que te quiero.", decías. No, no lo sabía, y ya no lo sé. ¿Dónde estás? Te siento tan lejos. ¿Crees que algún día volveremos a vernos? Y mi corazón, vestido de fuego, se desliza sobre el bosque de mi alma, quemándolo todo. Y la niña se reúne con su madre y se marchan.
Anochece. El sol se esconde, tiñendo de naranja las hojas que caen, una a una, sobre mí. Enterrándome bajo una manta seca. Tengo los pies fríos. La noche cae implacable sobre el mundo y ya no puedo leer.¿Vas a volver? Llevo tanto tiempo esperando que ya no recuerdo el día en que te fuiste. La imagen es borrosa.¿Quién dijo adiós?¿Tú o yo?¿Quién es esa silueta que se aleja en mi mente, una y otra vez?¿Quién eres tú? Ya no sé ni lo que siento. Si estoy triste de verdad o lloro por costumbre. Y el frío me susurra con su aliento de muerte..."
jueves, 25 de noviembre de 2010
Duodécimo día.
"Cumpleaños feliz... Cumpleaños feliz.. ¡Te deseamos todos: cumpleaños feliz...!"
Y sí, queridos lectores: hoy es mi cumpleaños.
Para celebrarlo, me permitiré colgar una recopilación de frases de libros que me han llamado la atención(sí, soy super original). Aquí las tenéis:
-"¿Sabe qué es lo mejor de los corazones rotos? Que sólo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños"(El juego del ángel, Carlos Ruiz Zafón).
-"Tonterías lo son todo en esta vida. Es simplemente una cuestión de perspectiva"(El juego del ángel, Carlos Ruiz Zafón).
-"Claro que quiero oírlo, pero si yo fuera rico, si yo fuera rico compraría un montón de chuletas de cerdo, me las anudaría alrededor y escaparía comiéndomelas"(Las uvas de la ira, John Steinbeck)
-"Y las estrellas tan bajas y cercanas, y la tristeza y el placer tan juntos, en realidad la misma cosa"(Las uvas de la ira, John Steinbeck).
-"Sobre sus cabezas flotaba una gran burbuja llena de cosas que tendrían que decirse, y los dos miraban al suelo para no verla"(La soledad de los números primos, Paolo Giordano).
-"Una infancia sin esperanzas ni palabras. Un jadeo por sentirse amada que nunca nadie satisfizo"(Lo que le falta al tiempo, Ángela Becerra).
-"Unidos hasta el delirio por este amor a la belleza que tanto me ha dado y tanto me consume, expresando la feroz alegría, la enlodada tristeza... la rabia asesina, la frustración efímera... Tú y yo bailando el gran vals: el teatro de la vida, mi pequeña. La hermosa farsa. La comedia interpretada magistralmente"(Lo que le falta al tiempo, Ángela Becerra).
-"Hay llamadas de auxilio que se lanzan sin voz"(Lo que le falta al tiempo, Ángela Becerra).
-"Llevaba la mirada ausente y los pasos cansados de pisar la nada"(El penúltimo sueño, Ángela Becerra).
-"Aquella mañana me desperté llorando. Como siempre. Ni siquiera sabía si estaba triste. Junto con las lágrimas, las emociones se habían ido deslizando hacia alguna parte"(Un grito de amor desde el centro del mundo, Kyoichi Katayama).
-"Aquello que estaba mirando, ella no lo había visto. Ni lo había visto antes ni lo vería después. <<¿Dónde está este sitio?>> me pregunté a mí mismo. Desde luego, era posuble situarlo en el mapa, en una intersección entre las coordenadas latitud-longitud, o dándole un nombre geográfico. Pero ésto no tenía ningún sentido.
Mirara donde mirase, yo veía desierto. Montañas y prados de exuberante vegetación, mares resplandecientes o calles transitadas por la multitud. Yo no necesitaba ir a visitarlo. Con la muerte de Aki, el mundo entero se había convertido en desierto. Ella había huido. Al punto más recóndito del fin del mundo. Y las huellas de mis pies que corrían en pos de ella, habían sido borradas por el viento y la arena"(Un grito de amor desde el centro del mundo, Kyoichi Katayama).
(Son sólo unas pocas de las muchas que tengo. Otro día escribiré más).
Y sí, queridos lectores: hoy es mi cumpleaños.
Para celebrarlo, me permitiré colgar una recopilación de frases de libros que me han llamado la atención(sí, soy super original). Aquí las tenéis:
-"¿Sabe qué es lo mejor de los corazones rotos? Que sólo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños"(El juego del ángel, Carlos Ruiz Zafón).
-"Tonterías lo son todo en esta vida. Es simplemente una cuestión de perspectiva"(El juego del ángel, Carlos Ruiz Zafón).
-"Claro que quiero oírlo, pero si yo fuera rico, si yo fuera rico compraría un montón de chuletas de cerdo, me las anudaría alrededor y escaparía comiéndomelas"(Las uvas de la ira, John Steinbeck)
-"Y las estrellas tan bajas y cercanas, y la tristeza y el placer tan juntos, en realidad la misma cosa"(Las uvas de la ira, John Steinbeck).
-"Sobre sus cabezas flotaba una gran burbuja llena de cosas que tendrían que decirse, y los dos miraban al suelo para no verla"(La soledad de los números primos, Paolo Giordano).
-"Una infancia sin esperanzas ni palabras. Un jadeo por sentirse amada que nunca nadie satisfizo"(Lo que le falta al tiempo, Ángela Becerra).
-"Unidos hasta el delirio por este amor a la belleza que tanto me ha dado y tanto me consume, expresando la feroz alegría, la enlodada tristeza... la rabia asesina, la frustración efímera... Tú y yo bailando el gran vals: el teatro de la vida, mi pequeña. La hermosa farsa. La comedia interpretada magistralmente"(Lo que le falta al tiempo, Ángela Becerra).
-"Hay llamadas de auxilio que se lanzan sin voz"(Lo que le falta al tiempo, Ángela Becerra).
-"Llevaba la mirada ausente y los pasos cansados de pisar la nada"(El penúltimo sueño, Ángela Becerra).
-"Aquella mañana me desperté llorando. Como siempre. Ni siquiera sabía si estaba triste. Junto con las lágrimas, las emociones se habían ido deslizando hacia alguna parte"(Un grito de amor desde el centro del mundo, Kyoichi Katayama).
-"Aquello que estaba mirando, ella no lo había visto. Ni lo había visto antes ni lo vería después. <<¿Dónde está este sitio?>> me pregunté a mí mismo. Desde luego, era posuble situarlo en el mapa, en una intersección entre las coordenadas latitud-longitud, o dándole un nombre geográfico. Pero ésto no tenía ningún sentido.
Mirara donde mirase, yo veía desierto. Montañas y prados de exuberante vegetación, mares resplandecientes o calles transitadas por la multitud. Yo no necesitaba ir a visitarlo. Con la muerte de Aki, el mundo entero se había convertido en desierto. Ella había huido. Al punto más recóndito del fin del mundo. Y las huellas de mis pies que corrían en pos de ella, habían sido borradas por el viento y la arena"(Un grito de amor desde el centro del mundo, Kyoichi Katayama).
(Son sólo unas pocas de las muchas que tengo. Otro día escribiré más).
domingo, 21 de noviembre de 2010
Undécimo día.
"Cuidado con la señal", by ME. Está publicado en mi otro blog, pero lo publico otra vez en éste.
"Recuerdo aquella vez que me encontré contigo en la calle de camino a casa de Daniel. Ibas despistado, mirando hacia otro lado, cuando te diste un cabezazo contra una señal. En estos momentos casi puedo verte ahí parado, avergonzado, mirando a tu alrededor para asegurarte de que no te había visto nadie. Y aún sonrío cuando pienso en la cara que pusiste cuando me viste detrás de ti, observándote en silencio. Nunca olvidaré la expresión de tus ojos cuando empecé a reírme. Creo que no pude parar en más de una hora. “Lo siento, lo siento” dije, entre carcajadas, antes de darme la vuelta y marcharme, dejándote frotándote la frente dolorida con una mueca desconcertada. No hemos vuelto a vernos. Pero cada vez que paso por allí, no puedo evitar echar una ojeada en busca de una abolladura con la forma de tu cabeza o algo. Fue genial."
viernes, 19 de noviembre de 2010
Décimo día.
Hoy, de nuevo, "El penúltimo sueño".
"Se dio cuenta de que era él desde el comienzo. Lo vio cruzando la calle con su andar musical, gastado pero armónico. Aquel cabello blanco ralo, despeinado por la brisa primaveral, lo hacía parecer un pintor de Montmartre despistado en busca de inspiración; su calva manchada a goterones de edad y sus ojos vestidos de tiempo y golpes no le impidieron a Soledad reconocerlo, porque no le había identificado desde los ojos, sino desde el alma. Llevaba la mirada ausente y los pasos cansados de pisar la nada. Al verlo, Soledad no fue capaz de pronunciar su nombre, por miedo a que no fuera, a que no se girara; por miedo a espantarlo con su vejez sin brillo. Aplazó hasta última hora lo que tanto ahínco había buscado: el encuentro.
Decidió observarlo algunos días antes de acercarse a él. Cada mañana se sentaba en los bancos del paseo del Born, justo enfrente de la portería donde vivía Joan Dolgut, envuelta en su abrigo de paño azul marino, con su bolsito de cocodrilo descansando en su regazo y su bolsa de migas de pan arremolinando gorriones [...]
Una tarde perfumada a pan y vida, Soledad Urdaneta entró en la panadería. El horno humeaba vapores de trigo y Joan Dolgut había entrado a pedir su baguette. Se quedó paralizada al oírlo. Aquella voz conservaba los acordes templados de la juventud. Las cataratas que padecía no le impidieron a Soledad sumergirse en los ojos de Joan hasya ahogarse en el verde selvático de su mirada sin tiempo. Pero Joan la había visto sin verla, como si fuese una transeúnte más de la vida, una mujer que venía a por al pan de la tarde para la soledad de la noche. No la reconoció porque no la esperaba. La Soledad Urdaneta que guardaba en la retina de su alma era una niña fresca y cantarina, olorosa a rosas silvestres y a perfumes de alegría, y eso estaba tan en el fondo de sus dolores que ya prácticamente no existía. Por eso cuando ella lo miró, no supo devolverle la mirada. Había olvidad cómo se acariciaba el alma desde los ojos. Tuvo que buscar y rebuscar en el fondo de sus recuerdos para vestirse de encuentro.
-¿Joan...?-preguntó Soledad con su acento más dulce. Aún conservaba aquella cadencia inconfundible de niña colombiana.
Él la miró con ojos mudos, recorriendo en un instante la distancia de siglos que lo había separado de aquella voz de ángel, saltando por encima de los años, de los veranos muertos, de las sombras del olvido...
-¿Soledad...?"
"Se dio cuenta de que era él desde el comienzo. Lo vio cruzando la calle con su andar musical, gastado pero armónico. Aquel cabello blanco ralo, despeinado por la brisa primaveral, lo hacía parecer un pintor de Montmartre despistado en busca de inspiración; su calva manchada a goterones de edad y sus ojos vestidos de tiempo y golpes no le impidieron a Soledad reconocerlo, porque no le había identificado desde los ojos, sino desde el alma. Llevaba la mirada ausente y los pasos cansados de pisar la nada. Al verlo, Soledad no fue capaz de pronunciar su nombre, por miedo a que no fuera, a que no se girara; por miedo a espantarlo con su vejez sin brillo. Aplazó hasta última hora lo que tanto ahínco había buscado: el encuentro.
Decidió observarlo algunos días antes de acercarse a él. Cada mañana se sentaba en los bancos del paseo del Born, justo enfrente de la portería donde vivía Joan Dolgut, envuelta en su abrigo de paño azul marino, con su bolsito de cocodrilo descansando en su regazo y su bolsa de migas de pan arremolinando gorriones [...]
Una tarde perfumada a pan y vida, Soledad Urdaneta entró en la panadería. El horno humeaba vapores de trigo y Joan Dolgut había entrado a pedir su baguette. Se quedó paralizada al oírlo. Aquella voz conservaba los acordes templados de la juventud. Las cataratas que padecía no le impidieron a Soledad sumergirse en los ojos de Joan hasya ahogarse en el verde selvático de su mirada sin tiempo. Pero Joan la había visto sin verla, como si fuese una transeúnte más de la vida, una mujer que venía a por al pan de la tarde para la soledad de la noche. No la reconoció porque no la esperaba. La Soledad Urdaneta que guardaba en la retina de su alma era una niña fresca y cantarina, olorosa a rosas silvestres y a perfumes de alegría, y eso estaba tan en el fondo de sus dolores que ya prácticamente no existía. Por eso cuando ella lo miró, no supo devolverle la mirada. Había olvidad cómo se acariciaba el alma desde los ojos. Tuvo que buscar y rebuscar en el fondo de sus recuerdos para vestirse de encuentro.
-¿Joan...?-preguntó Soledad con su acento más dulce. Aún conservaba aquella cadencia inconfundible de niña colombiana.
Él la miró con ojos mudos, recorriendo en un instante la distancia de siglos que lo había separado de aquella voz de ángel, saltando por encima de los años, de los veranos muertos, de las sombras del olvido...
-¿Soledad...?"
domingo, 14 de noviembre de 2010
Noveno día.
Hoy no tengo nada que contar. No he hecho más que estudiar en todo el fin de semana. En fin, qué dura es la vida.
Las uvas de la ira. John Steinbeck.
"-No sé-respondió-. Dos semanas, quizá diez días con suerte. Mira, Madre, deja de preocuparte. Te voy a decir una cosa que aprendí estando en la cárcel. No puedes dedicarte a pensar cuándo vas a salir. Te volverías loco. Tienes que pensar en el día en que estás, luego en el día siguiente, en el partido del sábado. Es lo que hay que hacer. Los que llevan allí mucho tiempo hacen eso. Uno que acaba de llegar se da cabezazos contra la puerta de la celda porque piensa el tiempo que le queda de estar dentro. ¿Por qué no haces lo que te digo? Vive día a día."
Las uvas de la ira. John Steinbeck.
"-No sé-respondió-. Dos semanas, quizá diez días con suerte. Mira, Madre, deja de preocuparte. Te voy a decir una cosa que aprendí estando en la cárcel. No puedes dedicarte a pensar cuándo vas a salir. Te volverías loco. Tienes que pensar en el día en que estás, luego en el día siguiente, en el partido del sábado. Es lo que hay que hacer. Los que llevan allí mucho tiempo hacen eso. Uno que acaba de llegar se da cabezazos contra la puerta de la celda porque piensa el tiempo que le queda de estar dentro. ¿Por qué no haces lo que te digo? Vive día a día."
sábado, 13 de noviembre de 2010
Octavo día.
Perdona, pero quiero casarme contigo. Federico Moccia.
"Al otro lado sienten una curiosidad ávida, como si los asuntos humanos fueran en todo caso un motivo de sorpresa, despertasen el deseo de hurgar, de buscar, de abrir cajones, de leer cartas, de conocer noticias, verdades sorprendentes o descubrimientos dramáticos. Hambrientos de la vida de los demás. Pero,¿Qué queréis saber?¿Qué otra cosa hay que saber más allá del hecho de que el amor de ha acabado? Se ha acabado y ya está.¿Acabado? Esa palabra es casi un grito desgarrador. Al oírla pronunciada en su mente su corazón parece retorcerse y extenderse como un elástico de absurdas capacidades, tenso como un arco violento y listo para lanzar la dolorosa flecha, más y más tenso, hasta lo inverosímil hasta romperse como cinco cuerdas de un instrumento llevadas a la exasperación, el último y lacerante hálito de un viejo cantante de rock en su último bis, el último canto de un viejo cisne, ya ronco. [...] Cuánto echa de menos su sonrisa. Querría sentir todo eso y mucho más. Ni siquiera el peor de los dolores físicos puede compararse con el que siente en esos momentos su corazón. El absurdo de ese vacío neumático, la ausencia total de todo, como respirar en un mundo sin aire, como beber de un vaso vacío, como tirarse a una piscina sin agua, el silencio de las profundidades marinas, la ausencia de cualquier sonido, palabra, color, alegría, felicidad, sentimientos cristalizados, como si el mundo se hubiera partido por la mitad y, de repente, esa sonrisa robada, impresa, crucificada, disecada e inanimada. Así es el vacío desgarrador que siente Alex. ¿Quién me ha privado de la emoción, del sentimiento de la felicidad? Ladrón, maldito ladrón del amor, te lo has llevado y después lo has escondido, lo has metido en una botella y lo has arrojado a las más frías profundidades de esta tierra que hoy me acoge. Avanzo día tras día sin notar ya el calor del sol, todo me aburre y me tortura dolorosamente, estoy destinado a sufrir para siempre, como un condenado a cadena perpetua que, sin embargo, no ha visto en ningún momento un tribunal, unos jueces o alguien que pudiese decirle algo, el motivo de sus culpas, cualesquera que éstas sean. No. Se quedará para siempre en esa habitación, solo con sus pensamientos y sus recuerdos, intentando imaginar quién es el que lo ha encerrado y cuál puede ser su culpa... En caso de que la tenga."
"Al otro lado sienten una curiosidad ávida, como si los asuntos humanos fueran en todo caso un motivo de sorpresa, despertasen el deseo de hurgar, de buscar, de abrir cajones, de leer cartas, de conocer noticias, verdades sorprendentes o descubrimientos dramáticos. Hambrientos de la vida de los demás. Pero,¿Qué queréis saber?¿Qué otra cosa hay que saber más allá del hecho de que el amor de ha acabado? Se ha acabado y ya está.¿Acabado? Esa palabra es casi un grito desgarrador. Al oírla pronunciada en su mente su corazón parece retorcerse y extenderse como un elástico de absurdas capacidades, tenso como un arco violento y listo para lanzar la dolorosa flecha, más y más tenso, hasta lo inverosímil hasta romperse como cinco cuerdas de un instrumento llevadas a la exasperación, el último y lacerante hálito de un viejo cantante de rock en su último bis, el último canto de un viejo cisne, ya ronco. [...] Cuánto echa de menos su sonrisa. Querría sentir todo eso y mucho más. Ni siquiera el peor de los dolores físicos puede compararse con el que siente en esos momentos su corazón. El absurdo de ese vacío neumático, la ausencia total de todo, como respirar en un mundo sin aire, como beber de un vaso vacío, como tirarse a una piscina sin agua, el silencio de las profundidades marinas, la ausencia de cualquier sonido, palabra, color, alegría, felicidad, sentimientos cristalizados, como si el mundo se hubiera partido por la mitad y, de repente, esa sonrisa robada, impresa, crucificada, disecada e inanimada. Así es el vacío desgarrador que siente Alex. ¿Quién me ha privado de la emoción, del sentimiento de la felicidad? Ladrón, maldito ladrón del amor, te lo has llevado y después lo has escondido, lo has metido en una botella y lo has arrojado a las más frías profundidades de esta tierra que hoy me acoge. Avanzo día tras día sin notar ya el calor del sol, todo me aburre y me tortura dolorosamente, estoy destinado a sufrir para siempre, como un condenado a cadena perpetua que, sin embargo, no ha visto en ningún momento un tribunal, unos jueces o alguien que pudiese decirle algo, el motivo de sus culpas, cualesquera que éstas sean. No. Se quedará para siempre en esa habitación, solo con sus pensamientos y sus recuerdos, intentando imaginar quién es el que lo ha encerrado y cuál puede ser su culpa... En caso de que la tenga."
jueves, 11 de noviembre de 2010
Séptimo día.
Hoy, después de muchos días sin publicar nada, otro poema de Neruda.
"Aquí te amo.
En los oscuros pinos que desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.
Se desciñe la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
A veces una vela. Altas, altas estrellas.
O la cruz negra de un barco.
Solo.
A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda.
Suena, resuena el mar lejano.
Éste es un puerto.
Aquí te amo.
Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en estos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.
Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.
Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.
Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre"
"Aquí te amo.
En los oscuros pinos que desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.
Se desciñe la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
A veces una vela. Altas, altas estrellas.
O la cruz negra de un barco.
Solo.
A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda.
Suena, resuena el mar lejano.
Éste es un puerto.
Aquí te amo.
Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en estos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.
Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.
Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.
Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre"
sábado, 30 de octubre de 2010
Sexto día.
Hoy, está lloviendo. Llueve un montón y hace frío.
Lo bueno es que cuando salga a la calle podré llevar mi gorro nuevo(ayer volví al H&M y me lo compré). Huele bien, las plantas crecerán. La verdad es que me encanta el olor a tierra mojada. Si cierras los ojos, es como si estuvieras en medio de un bosque.
Lo malo es que siempre, SIEMPRE que hay charcos, yo piso alguno. Una vez iba por un aparcamiento en el que había un solo charco.¿Y adivináis qué? Sí, lo pisé.
Esto también lo escribí yo:
Lo bueno es que cuando salga a la calle podré llevar mi gorro nuevo(ayer volví al H&M y me lo compré). Huele bien, las plantas crecerán. La verdad es que me encanta el olor a tierra mojada. Si cierras los ojos, es como si estuvieras en medio de un bosque.
Lo malo es que siempre, SIEMPRE que hay charcos, yo piso alguno. Una vez iba por un aparcamiento en el que había un solo charco.¿Y adivináis qué? Sí, lo pisé.
Esto también lo escribí yo:
"Olvidas, olvidas, olvidas. Y, cuando crees que la lo tienes, la cordura se escapa de entre tus dedos temblorosos y va a parar a los suyos. Y enloqueces, y crees que vas a caer en el infinito de la inconsciencia. En el centro del dolor. Aquel susurro que escuchabas por las noches que te recordaba que todo iría bien se escucha cada vez más lejano. La desesperación inunda el espacio que antes ocupaba tu razón. El odio, el hueco de tu alma. Y te preguntas por qué te dejaste llevar por él cuando en el fondo sabías que no acabaría bien. Se lo ha llevado todo. Ni siquiera eres capaz de olvidar y dejarte ir. Hasta eso te quitó. Cierras los ojos intentando deshacer ese velo de lágrimas que no te deja ver la luz. Nada, la oscuridad es total. Locura, locura que te envuelve y casi te hace sentir mejor. Suplicas, ruegas que se lo lleve todo, que se lo lleve todo pero que no te quite las ganas de vivir..."
jueves, 28 de octubre de 2010
Quinto día.
Vale, ahora sólo tengo un examen mañana, ya que el de filosofía lo han cambiado al viernes que viene... Lo que me viene fatal, porque yo confiaba en quitarme los dos de encima esta semana y pasar un finde de relax... Qué dura es la vida.
Ahora estoy estresada con el estúpido examen de Geografía... En serio,¿por qué tengo que aprenderme las amplitudes térmicas de todos los climas de España?¿Nos va a servir de algo en un futuro?¿Para ser meteoróloga, tal vez...?
Hoy han abierto el H&M del centro comercial que hay al lado de mi casa, y como por la mañana parece ser que regalaban pañuelos, he ido por la tarde con mi madre y mis hermanas a ver qué tal... Pero no nos han regalado ningún pañuelo. El caso es que me he comprado un gorro de lana súper mono y una bufanda a juego... O eso creía yo antes de llegar a mi casa. Al parecer, hemos perdido el gorro por la tienda y no lo he comprado. Así que mañana tendré que volver para comprarlo.
Qué aventura. Pensaréis que qué diablos hago yo de compras si tengo mañana un examen. Sí, eso mismo pienso yo, pero como llevo toda la semana estudiando, pues me lo sé. O eso espero.
Os dejo con "El retrato de Dorian Gray", de Oscar Wilde.
En una sola palabra: Increíble.
Ahora estoy estresada con el estúpido examen de Geografía... En serio,¿por qué tengo que aprenderme las amplitudes térmicas de todos los climas de España?¿Nos va a servir de algo en un futuro?¿Para ser meteoróloga, tal vez...?
Hoy han abierto el H&M del centro comercial que hay al lado de mi casa, y como por la mañana parece ser que regalaban pañuelos, he ido por la tarde con mi madre y mis hermanas a ver qué tal... Pero no nos han regalado ningún pañuelo. El caso es que me he comprado un gorro de lana súper mono y una bufanda a juego... O eso creía yo antes de llegar a mi casa. Al parecer, hemos perdido el gorro por la tienda y no lo he comprado. Así que mañana tendré que volver para comprarlo.
Qué aventura. Pensaréis que qué diablos hago yo de compras si tengo mañana un examen. Sí, eso mismo pienso yo, pero como llevo toda la semana estudiando, pues me lo sé. O eso espero.
Os dejo con "El retrato de Dorian Gray", de Oscar Wilde.
En una sola palabra: Increíble.
"Cuando entró él, ella le miró con una expresión de infinita alegría en la cara.
-¡Qué mal he interpretado esta noche, Dorian!-exclamó.
-¡Espantosamente mal!-respondió él mirándola asombrado-.¡Espantosamente mal! Era horroroso.¿Estabas enferma? No puedes hacerte idea de lo que ha sido. No puedes hacerte una idea de lo que he sufrido.
La muchacha sonrió.
-Dorian-respondió recreándose en su nombre con una música melodiosa en su voz, como si fuese más dulce que la miel para los rojos pétalos de su boca-, Dorian, tú tenías que haberlo entendido. Pero ahora lo entiendes,¿verdad?
-¿Entender qué?-preguntó él, furioso.
-Por qué lo he hecho tan mal esta noche. Por qué lo haré mal siempre. Por qué no volveré a actuar bien nunca.
Él se encogió de hombros.
-Supongo que estás enferma. Cuando estés enferma, no deberías actuar. Te pones en ridículo. Mis amigos se han aburrido. Yo me he aburrido.
Parecía que no le escuchaba. Estaba transfigurada por la alegría. La invadía un éxtasis de felicidad.
-Dorian, Dorian-exclamó-, antes de conocerte, actuar era la única realidad de mi vida. Sólo vivía en el teatro. Creía que todo lo que pasaba en él era cierto. Era Rosalinda una noche, y Porcia otra. La alegría de Beatriz era mi alegría, y las penas de Cordelia eran también las mías. La gente corriente que trabajaba conmigo me parecía como dioses. Los decorativos pintados eran mi mundo. Sólo conocía sombras, y pensaba que eran reales. Llegaste tú-¡oh, mi bello amor!-, y liberaste mi alma de la prisión. Tú me enseñaste lo que realmente es la realidad. Por primera vez en mi vida esta noche he visto la falsedad, el fingimiento, la estupidez del espectáculo vacío en el que siempre he actuado. Por primera vez esta noche he sido consciente de que Romeo era horroroso, y viejo, y que estaba maquillado, que la luz de la luna en el huerto era falsa y el decorado vulgar, y que las palabras que tenía que decir eran irreales, no eran mis propias palabras, no eran lo que yo deseaba decir. Tú me habías dado algo más elevado, algo de lo que todo arte no es más que un reflejo. Me habías hecho comprender lo que es realmente el amor. ¡Amor mío!¡Mi amor!¡Príncipe Azul!¡Príncipe de la vida!¡No soporto más las sombras! Para mí, tú eres mucho más de lo que pueda ser jamás todo el arte. ¿Qué tengo yo que ver con las marionetas de una obra? Cuando esta noche he salido a escena, no podía entender cómo se me había escapado todo. Creía que iba a estar maravillosa. Me di cuenta de que no podía hacer nada. De repente caí en la cuenta de lo que todo eso significaba. Saberlo me resultó delicioso. Les oía silbar, y yo sonreía. ¿Qué podrían saber de un amor como el nuestro? Sácame de aquí, Dorian, llévame contigo adonde podamos estar completamente solos. Odio el teatro. Soy capaz de fingir una pasión que no siento, pero no puedo fingir una pasión que me quema como fuego. Ay, Dorian, Dorian,¿comprendes ahora lo que esto significa? Incluso si pudiera, para mí sería una profanación interpretar un papel de enamorada. Tú me has hecho verlo.
Dorian se dejó caer en el sofá y, apartando los ojos de ella, murmuró:
-Has matado mi amor.
Ella lo miró asombrada, y se echó a reír. Él no respondió. Ella se acercó a él, y con sus pequeños dedos le acarició el pelo. Se arrodilló y apretó las manos de él contra sus labios. Él las apartó, estremecido por una sacudida. Luego se levantó de un salto y se dirigió hacia la puerta.
-Sí-exclamó-, has matado mi amor. Solías despertar mi imaginación. Ahora ni siquiera despiertas mi curiosidad. Simplemente no produces ningún efecto. Te amaba porque eras maravillosa, porque tenías genio e inteligencia, porque hacías realidad los sueños de los grandes poetas y dabas forma y sustancia a las sombras de arte. Y has tirado todo eso a la basura. Eres superficial y estúpida.¡Dios mío!¡Qué loco he estado para amarte!¡Qué imbécil he sido! Ahora ya no significas nada para mí. Nunca volveré a verte. Nunca pensaré en ti. Nunca mencionaré tu nombre. No puedes saber lo que has representado para mí. Una vez...¡Hasta pensarlo me resulta intolerable!¡Ojalá nunca hubiese puesto mis ojos en ti! Has echado a perder la poesía de mi vida.¡Qué poco puedes saber del amor si dices que estropea tu arte!¡Sin tu arte no eres nada! Yo te hubiese hecho famosa, espléndida, magnífica. El mundo te hubiese adorado, y habrías llevado mi apellido. Pero, ahora,¿qué eres? Una actriz de tercera categoría con una cara bonita.”
miércoles, 27 de octubre de 2010
Cuarto día.
Hoy he estudiado durante toda la tarde. Los pensamientos se agolpan en mi mente y no me dejan pensar en otra cosa que no sean los dos dichosos exámenes del viernes. Pero creo que lo tengo controlado. Espero que sí, ya que necesito sacar una buena nota para entrar en la universidad y poder llegar a ser guionista. Porque yo quiero ser guionista de cine, y publicar mis novelas y todas esas cosas que se quieren cuando una es joven y tiene toda una vida por delante(y soy joven, queda menos de un mes para que cumpla diecisiete años). Bueno, el problema es que necesito más o menos un 11 de 14 de media, y si no lo saco, pues adiós universidad. Claro, siempre podré ir a una privada, o a la ECAM(sí, también aspiro a entrar en la ECAM), pero es una meta personal sacar una buena nota para luego poder decir: ¡Saqué un once y pico de media! MUAHAHAHAHAHA.
Aunque la educación física de primero me bajará un montón la nota porque el tonto del profe me puso un 7(aunque aprobé el examen de futbol a la cuarta recuperación o así).
Dejando de aburriros con mis reflexiones estúpidas que no le importan a nadie: Bea, ésto sí que lo he escrito yo.
"Me encojo en el suelo con los ojos cerrados. Tu recuerdo me mira desde las sombras, paseándose de un lado a otro, llamándome en voz baja, pidiéndome que me deje ir con él. Pero no quiero verlo. No quiero verte. No te quiero.
Sí, eso es lo que digo, eso es lo que me repito cada noche, cuando el dolor y la agonía me dejan descansar por unos instantes y lo veo todo claro. Pero después las sombras se ciernen sobre mí, y vuelves, y vuelve tu fantasma, y mis miedos, y mi amor. Y vuelve aquel sufrimiento que me tiene llorándote y ahogándome entre tus besos ausentes hasta que sale el sol y me obligo a levantarme y a fingir que los años que llevo sin ti me han hecho superarlo. Aunque no sea así, aunque pase las noches en vela y los días esperando que se haga de noche para volver a soñarte. Aunque hayan pasado varios años desde que te fuiste. Si tan solo pudiera estar contigo una vez más. Si pudiera volver a verte.
Grito, pero de mis labios no sale sonido alguno; lloro, pero mis mejillas permanecen secas; muero, pero siempre despierto y sigo aquí, y tú no estás, y me pierdo. Y me pierdo sin ti."
Aunque la educación física de primero me bajará un montón la nota porque el tonto del profe me puso un 7(aunque aprobé el examen de futbol a la cuarta recuperación o así).
Dejando de aburriros con mis reflexiones estúpidas que no le importan a nadie: Bea, ésto sí que lo he escrito yo.
"Me encojo en el suelo con los ojos cerrados. Tu recuerdo me mira desde las sombras, paseándose de un lado a otro, llamándome en voz baja, pidiéndome que me deje ir con él. Pero no quiero verlo. No quiero verte. No te quiero.
Sí, eso es lo que digo, eso es lo que me repito cada noche, cuando el dolor y la agonía me dejan descansar por unos instantes y lo veo todo claro. Pero después las sombras se ciernen sobre mí, y vuelves, y vuelve tu fantasma, y mis miedos, y mi amor. Y vuelve aquel sufrimiento que me tiene llorándote y ahogándome entre tus besos ausentes hasta que sale el sol y me obligo a levantarme y a fingir que los años que llevo sin ti me han hecho superarlo. Aunque no sea así, aunque pase las noches en vela y los días esperando que se haga de noche para volver a soñarte. Aunque hayan pasado varios años desde que te fuiste. Si tan solo pudiera estar contigo una vez más. Si pudiera volver a verte.
Grito, pero de mis labios no sale sonido alguno; lloro, pero mis mejillas permanecen secas; muero, pero siempre despierto y sigo aquí, y tú no estás, y me pierdo. Y me pierdo sin ti."
martes, 26 de octubre de 2010
Tercer día
"Me encuentro sumida en una crisis platónica".
Hoy os voy a mostrar mi poema favorito(el más favorito de todos). Es de Neruda(cómo no),de sus "Veinte poemas de amor y una canción desesperada". Es perfecto, aún más perfecto que la oda a los calcetines. Aquí lo tenéis:
"Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo."
(Es tan... es tan... sencillamente GENIAL)
Hoy os voy a mostrar mi poema favorito(el más favorito de todos). Es de Neruda(cómo no),de sus "Veinte poemas de amor y una canción desesperada". Es perfecto, aún más perfecto que la oda a los calcetines. Aquí lo tenéis:
"Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo."
(Es tan... es tan... sencillamente GENIAL)
lunes, 25 de octubre de 2010
Segundo día.
Hoy, he estudiado Platón. En mi opinión, en un arranque de inspiración filosófica pensó que sería genial que naciéramos sabiéndolo todo y que no tuviéramos que estudiar nada. Pero como esa teoría no se sustenta(mi tediosa tarde lo demuestra), decidió crear la reminiscencia, que dice que lo que pasa es que, cuando nacemos, se nos ha olvidado todo(porque sí, el alma lo sabe todo), y aprender es recordar. Y las cosas que recordamos son las ideas. ¿Y dónde están las ideas? Ahhh, en eso no había pensado... Entonces se inventó el mundo de las ideas, donde están las almas y las ideas. He de aclarar que en esta época ya no se creía en los mitos...
Hoy también he descubierto que Neruda escribió una oda a unos calcetines. Sí, como lo leéis. Una oda a unos calcetines de lana que le regaló la pastora Maru Mori. Aquí os la dejo:
ODA A LOS CALCETINES
Me trajo Mara Mori
un par de calcetines,
que tejió con sus manos de pastora,
dos calcetines suaves como liebres.
En ellos metí los pies
como en dos estuches
tejidos con hebras del
crepúsculo y pellejos de ovejas.
Violentos calcetines,
mis pies fueron dos pescados de lana,
dos largos tiburones
de azul ultramarino
atravesados por una trenza de oro,
dos gigantescos mirlos,
dos cañones;
mis pies fueron honrados de este modo
por estos celestiales calcetines.
Eran tan hermosos que por primera vez
mis pies me parecieron inaceptables,
como dos decrépitos bomberos,
bomberos indignos de aquel fuego bordado,
de aquellos luminosos calcetines.
Sin embargo, resistí la tentación
aguda de guardarlos como los colegiales
preservan las luciénagas,
como los eruditos coleccionan
documentos sagrados,
resistí el impulso furioso de ponerlas
en una jaula de oro y darles cada
día alpiste y pulpa de melón rosado.
Como descubridores que en la selva
entregan el rarísimo venado verde
al asador y se lo comen con remordimiento,
estiré los pies y me enfundé
los bellos calcetines, y luego los zapatos.
Y es esta la moral de mi Oda:
Dos veces es belleza la belleza,
y lo que es bueno es doblemente bueno,
cuando se trata de dos calcetines
de lana en el invierno.
(¿No es perfecto?)
Hoy también he descubierto que Neruda escribió una oda a unos calcetines. Sí, como lo leéis. Una oda a unos calcetines de lana que le regaló la pastora Maru Mori. Aquí os la dejo:
ODA A LOS CALCETINES
Me trajo Mara Mori
un par de calcetines,
que tejió con sus manos de pastora,
dos calcetines suaves como liebres.
En ellos metí los pies
como en dos estuches
tejidos con hebras del
crepúsculo y pellejos de ovejas.
Violentos calcetines,
mis pies fueron dos pescados de lana,
dos largos tiburones
de azul ultramarino
atravesados por una trenza de oro,
dos gigantescos mirlos,
dos cañones;
mis pies fueron honrados de este modo
por estos celestiales calcetines.
Eran tan hermosos que por primera vez
mis pies me parecieron inaceptables,
como dos decrépitos bomberos,
bomberos indignos de aquel fuego bordado,
de aquellos luminosos calcetines.
Sin embargo, resistí la tentación
aguda de guardarlos como los colegiales
preservan las luciénagas,
como los eruditos coleccionan
documentos sagrados,
resistí el impulso furioso de ponerlas
en una jaula de oro y darles cada
día alpiste y pulpa de melón rosado.
Como descubridores que en la selva
entregan el rarísimo venado verde
al asador y se lo comen con remordimiento,
estiré los pies y me enfundé
los bellos calcetines, y luego los zapatos.
Y es esta la moral de mi Oda:
Dos veces es belleza la belleza,
y lo que es bueno es doblemente bueno,
cuando se trata de dos calcetines
de lana en el invierno.
(¿No es perfecto?)
domingo, 24 de octubre de 2010
Primer día.
Bueno, he decidido empezar un blog nuevo porque me aburrí del que ya tenía... Éste va a ser uno de literatura, alguna que otra reflexión en mis tardes aburridas de odio al mundo y al instituto y, de vez en cuando, de algún escrito mío que me apetezca compartir con vosotros(vosotros, esos lectores que no tengo y que probablemente nunca tendré...)
Resumiendo, no dispongo de mucho tiempo porque he de hacer un enooorme resumen de economía, y me quedan diez páginas(diez páginas enormes). Vamos, que hoy no voy a ponerme a hacer reflexiones, pero os dejo un pasaje del libro "El penúltimo sueño", uno de mis favoritos:
Resumiendo, no dispongo de mucho tiempo porque he de hacer un enooorme resumen de economía, y me quedan diez páginas(diez páginas enormes). Vamos, que hoy no voy a ponerme a hacer reflexiones, pero os dejo un pasaje del libro "El penúltimo sueño", uno de mis favoritos:
"Me encuentro en un silencio doloroso.
Me pesan las horas más de lo que mi alma puede soportar. ¿Por qué no me contestas? Quiero pensar que es que mis cartas no te llegan. Que esta maldita guerra se las está tragando, que los barcos que te llevan mis frases naufragan en medio del océano, que un rayo las calcina... quiero pensar cualquier cosa, menos que no quieres contestarlas.
Me perdí. Sin ti ya no me reconozco. ¿Cómo es posible que el amor nos haga y nos deshaga a su antojo?¿Cómo es posible quedar hecho cenizas, sin acabar de arder? A veces siento miedo de no poder seguir. Si por lo menos me enviaras una sola palabra. Si me dijeras: "No me he ido, estoy contigo".
Tu rostro se pasea por mis noches cansadas; lo siento flotar entre mis párpados sin ojos.
¿Qué dedo me señaló para ser yo el elegido de este amor imposible?
Me siento más lejano de mi que de ti. Vago por esta ausencia tuya con mi cuerpo vaciado y cuando pienso que no existo, mis ojos se mueren de sed...
Cuánto deseo volver a verte.
Esta soledad es como un lodo espeso que me ahoga. Ya no sé si vivía antes de ti, o si empecé a morir apenas verte. Se me junta el vivir y el morir en un solo acto.
No sabes cuántas sonatas he inventado soñando el día en que vuelva a verte. Me atropellan. Todas las hago pensándote.
Nunca me preguntaste por qué te llamo mi niña del aire.¿Sabes de alguien que viva sin él?
¿Todavía llevas el anillo que te hice?
¿Todavía sigues pensando que nos reuniremos algún día?
Dime que sí. Que todavía piensas que viviremos juntos hasta más allá del penúltimo sueño..."
Me pesan las horas más de lo que mi alma puede soportar. ¿Por qué no me contestas? Quiero pensar que es que mis cartas no te llegan. Que esta maldita guerra se las está tragando, que los barcos que te llevan mis frases naufragan en medio del océano, que un rayo las calcina... quiero pensar cualquier cosa, menos que no quieres contestarlas.
Me perdí. Sin ti ya no me reconozco. ¿Cómo es posible que el amor nos haga y nos deshaga a su antojo?¿Cómo es posible quedar hecho cenizas, sin acabar de arder? A veces siento miedo de no poder seguir. Si por lo menos me enviaras una sola palabra. Si me dijeras: "No me he ido, estoy contigo".
Tu rostro se pasea por mis noches cansadas; lo siento flotar entre mis párpados sin ojos.
¿Qué dedo me señaló para ser yo el elegido de este amor imposible?
Me siento más lejano de mi que de ti. Vago por esta ausencia tuya con mi cuerpo vaciado y cuando pienso que no existo, mis ojos se mueren de sed...
Cuánto deseo volver a verte.
Esta soledad es como un lodo espeso que me ahoga. Ya no sé si vivía antes de ti, o si empecé a morir apenas verte. Se me junta el vivir y el morir en un solo acto.
No sabes cuántas sonatas he inventado soñando el día en que vuelva a verte. Me atropellan. Todas las hago pensándote.
Nunca me preguntaste por qué te llamo mi niña del aire.¿Sabes de alguien que viva sin él?
¿Todavía llevas el anillo que te hice?
¿Todavía sigues pensando que nos reuniremos algún día?
Dime que sí. Que todavía piensas que viviremos juntos hasta más allá del penúltimo sueño..."
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