domingo, 5 de diciembre de 2010

Decimoquinto día.

Otra entrada escrita por mí. La inspiración me sonríe.

"Como un niño al que arrancan violentamente de los brazos de su madre. Como un pedazo de roca que se desprende y cae, golpeando paredes, hasta estrellarse en mil pedazos en el fondo de un acantilado. Como una rama seca arrastrada por la corriente, río abajo, río abajo, hasta encontrar una cascada que la rompe. Así nos separaron a nosotros. Un impacto agresivo, doloroso. Solos, solos. Ahora más que nunca. Nos necesitamos. Me necesitas. Te necesito. Tenemos que estar juntos, para poder saltar sobre el tiempo y volver a ser felices. ¿Confías en mí? Escala, escala por estas paredes de arena que se desmoronan. Búscame. Yo saltaré del precipicio más alto para reunirme contigo.¿Dónde estás? Encuéntrame, encuéntranos. Volvamos a estar juntos. Subamos contra corriente para morir juntos en lo alto de la montaña. Seamos tú y yo. Uno. Siempre. Para toda la vida."

No hay comentarios:

Publicar un comentario