martes, 14 de diciembre de 2010

Decimosexto día.

"Tantas palabras que quedaron sin decir, tantos versos que nadie pudo nunca escribir. Tantos sentimientos enjaulados en un corazón cerrado al amor. Tantos abrazos y besos soñados que se quedaron en sueños temblorosos a la luz de una vela que se apagaba. Miedo. Miedo de sentir algo que no se debía sentir, de ser rechazado, de agarrarse a una rama demasiado débil y caer al vacío. Dos corazones latiendo el uno por el otro, al unísono, buscándose, buscándose. Tratando de darse la mano y dejarse ir. Y el orgullo y el temor hablaron por ellos, disfrazándolos de indiferencia y desprecio. Y no pasó nada. Lo dejaron ir. Aquel amor que debería haberlos unido para siempre se desvaneció, formando virutas blancas en el aire helado. No hubo despedida. Nunca hubo nada y a la vez lo hubo todo. Se quisieron. Ya no, es cierto, pero siempre quedarán todas aquellas cosas hermosas que pudieron haber pasado y que los atormentarán eternamente. Pero no pasó nada. No pasó nada.".

1 comentario:

  1. Marta tu blog debería llamarse donde despiertan las palabras porque la prosa que utilizas no está para nada dormida! ajajaj

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