jueves, 31 de marzo de 2011

Trigésimoquinto día.

Nunca imaginaste que algo así pudiera pasar tan cerca de ti.

Me gustaría escribir algo, o dedicarle un poema o canción, pero en serio, hoy no me sale nada.

domingo, 27 de marzo de 2011

Trigésimocuarto día.

Pablo Neruda, "Manifiesto por una poesía sin pureza".

"Es muy conveniente, en ciertas horas del día o de la noche, observar profundamente los objetos en descanso: las ruedas que han recorrido largas, polvorientas distancias, soportando grandes cargas vegetales o minerales, los sacos de las carbonerías, los barriles, las cestas, los mangos y asas de los instrumentos del carpintero. De ellos se desprende el contacto con el hombre y de la tierra como una lección para el torturado poeta lírico. Las superficies usadas, el gasto que las manos han infligido a las cosas, la atmósfera a menudo trágica y siempre patética de estos objetos, infunde una especie de atracción no despreciable hacia la realidad del mundo.

La confusa impureza de los seres humanos se percibe en ellos, la agrupación, uso y desuso de los materiales, las huellas del pie y de los dedos, la constancia de una atmósfera humana inundando las cosas desde lo interno y lo externo.

Así sea la poesía que buscamos, gastada como por un ácido por los deberes de la mano, penetrada por el sudor y el humo, oliente a orina y a azucena salpicada por las diversas profesiones que se ejercen dentro y fuera de la ley.

Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos.

La sagrada ley del madrigal y los decretos del tacto, olfato, gusto, vista, oído, el deseo de justicia, el deseo sexual, el ruido del océano, sin excluir deliberadamente nada, sin aceptar deliberadamente nada, la entrada en la profundidad de las cosas en un acto de arrebatado amor, y en el producto poesía manchado de palomas digitales, con huellas de dientes y huelo, roído tal vez levemente por el sudor y el uso. Hasta alcanzar esa dulce superficie del instrumento tocado sin descanso, esa suavidad durísima de la madera manejada, del orgulloso hierro. La flor, el trigo, el agua tienen también esa consistencia especial, ese recurso de un magnífico acto.

Y no olvidemos nunca la melancolía, el gastado sentimentalismo, perfectos frutos impuros de maravillosa calidad olvidada, dejados atrás por el frenético libresco: la luz de la luna, el cisne en el anochecer, “corazón mío” son sin duda lo poético elemental e imprescindible. Quien huye del mal gusto cae en el hielo."

sábado, 26 de marzo de 2011

Trigésimotercer día.

Hoy, algo más feliz y optimista que se me ocurrió volviendo del gimnasio y sintiéndome súper sana. Para que luego digan que sólo escribo cosas tristes.

"A menudo(demasiado a menudo) hay algo que se nos pasa por alto: ESTAMOS VIVOS. ¿Por qué preocuparse por el futuro? Vive día a día. Disfrútalo. Disfruta cada instante, cada abrazo, cada sonrisa. Poco a poco. Que pase lo que tenga que pasar. Nos preocupamos tanto por lo que podría ocurrir que se nos olvida que estamos aquí y ahora. Que lo real es lo que estamos viviendo hoy. Quién sabe, quizá mañana se acabe el mundo y no nos quede nada. ¿Y qué importa? Habremos sido felices todos los días de nuestras vidas. ¿Que nos encontramos con baches? Todo el mundo tiene un día malo. Meses malos. Incluso años malos. Pero entonces llega un momento en el que te das cuenta de que estás perdiendo el tiempo. Llorar no sirve. Hay que ser fuerte y seguir avanzando. Superar lo que venga. Piensa en la suerte que tienes de ser lo que eres. Hay personas que no tienen ni siquiera una oportunidad. Lánzate, atrévete. Construye tu propio camino."

jueves, 24 de marzo de 2011

Trigésimosegundo día.

Muy, muy pesimista. Lo siento, pero la clase de filosofía me deprime.

"Quizá es por eso por lo que discutimos tanto. Tenemos ideas distintas. Pensamos de forma diferente. Sentimos nuestros mundos como si no fueran el mismo.
Amarse no es suficiente. No es suficiente. Nos equivocamos, nos equivocamos y el amor queda sepultado bajo una lápida esculpida a golpe de mentiras y desconfianza. Intenta escapar, lucha con las paredes de su celda, con los bordes de su ataúd, agonizando, agonizando. Muriendo de pena y vacío.
Yo te quiero. Te quiero. Pero ya no creo poder llenar una nada tan inmensa sólo con mi amor. La distancia que nos separa se ha hecho tan grande que ya no puedo oír tu voz. Y he dejado de llamarte. Se nos ha acabado el tiempo y no encuentro una razón para seguir tratando de amarte. No nos pertenecemos.
Y a veces me odio por pensar así, y lo siento. Lo siento si hice algo mal. Lo siento si te hice daño. Lo siento si ahora miro inmóvil cómo mi amor se me escapa poco a poco.
Y en esta oscuridad tan negra y tan profunda, debo reconocer que tengo miedo. Miedo de no encontrar aquello que busco lejos de ti. Miedo de darme cuenta demasiado tarde de que no tenía las cosas claras. Miedo de encontrar una solución cuando ya te he perdido.
¿Y si no encuentro la libertad que anhelo?
Me ahogo en mi propio rechazo. ¿Es que no sirvió de nada todo lo que hice?
Abrázame, abrázame por última vez antes de desaparecer para siempre. Ahora que sé que no estarás me siento pequeña, muy pequeña.
¿Qué hacer? El viento se lleva todo aquello en lo que yo me apoyaba.
Pero ya no puedo hacer nada. La fuerza me abandona. Susurro tu nombre. ¿Dónde estás? No debería buscarte.
Amanece. Tengo que irme. Tenemos que irnos. Lo perdimos todo. Somos diferentes. Incompatibles. No nos busquemos. Dejémonos caer. Perdámonos en el infinito de la soledad. Seamos libres."

lunes, 21 de marzo de 2011

Trigésimoprimer día.

Me han dicho que diga qué escribo yo y qué no. Esto es mío.

"No sé en qué momento aprendí a vivir sin ti. Pero de repente un día me desperté y me di cuenta de que ya no te necesitaba, de que el alma ya no dolía al pensar en ti, de que mi corazón se había cerrado a tu imagen, a tu recuerdo, a tus besos. Besos que me quitaban la vida, aun sin saberlo. Besos que me hacían sentir mejor, sin estarlo. Eras como una droga, no era feliz a tu lado pero te necesitaba para sobrevivir. No podía imaginar mi vida sin ti. Y cuando te fuiste, cuando te fuiste me sentí más sola y vacía que nunca, te necesitaba, te necesitaba como un muerto de sed necesita una gota de agua. Y pasaron los días y el terror no cedía, y pasaron meses, un año, dos. Y entonces desapareciste sin más, desapareció mi adicción a ti. Encontré algo mejor. Algo bueno, algo libre. Algo que no necesitaba encerrarme para estar ahí. Encontré el amor."

lunes, 14 de marzo de 2011

Trigésimo día.

"Cristales rotos, cojines destrozados, pedazos de papel quemados que vuelan de un lado a otro con el aire que entra a través de la ventana entreabierta. Te ahogas en tu propia soledad. Buscas entre el desastre algún sueño que pudiera haberse salvado, algún momento, una canción, una foto de los dos. Tarareas algo para romper ese silencio que te mata y tu voz se pierde en el vacío. Una pluma cae a cámara lenta, dando vueltas, dando vueltas, movida quizá por un hilo invisible que está a punto de partirse. Te sientas en el suelo, remueves el polvo y la ausencia. Un pétalo de rosa. Te preguntas qué fue lo que hicisteis mal. Las paredes ennegrecidas se te caen encima. El techo se cae a pedazos. El sol desaparece. Y ahí, en medio de todo y de nada, en medio de tanta tristeza, te encuentras tú, ebria de una desesperación que te consume, que te hiela, que te quema. Nada está donde debería estar. Y, cuando intentas poner algo en su sitio, todo lo que llevabas hecho se deshace y se destruye. Un paso hacia delante, mil hacia atrás. Piensas que ojalá pudiera pararse el tiempo y volver a empezar para no cometer los mismos errores. ¿Y sabes qué es lo peor? Saber que, si volvieras a nacer, volverías a intentarlo, y a equivocarte, y a caer, y a perderlo todo, y a estrellar el espejo contra el suelo, y a quemar sus recuerdos, y a apuñalar los cojines, porque sabes que todos esos años han merecido la pena. Todo lo que has hecho ha merecido la pena."

sábado, 12 de marzo de 2011

Vigesimonoveno día.

"Y cuando lo hayas destruido todo, cuando la distancia y el tiempo se hagan insalvables, cuando te des cuenta de lo que has perdido y nunca recuperarás, cuando te encuentres al borde del abismo… Recuerda que yo algún día te quise."

lunes, 7 de marzo de 2011

Vigesimoctavo día.

“Ella se acercó lentamente a la ventana, para después pararse a mirar con escepticismo el mundo que transcurría a sus pies. Dio una larga calada a su cigarrillo antes de decir nada.

-¿Usted cree en el amor, señor Black?

-No. Yo pienso que es un fenómeno necesario en el ser humano para que haya descendencia. Una quimera. El amor no es más que una ilusión, un engaño, algo que el hombre crea para no sentirse solo, y si se aferra a él, acabará por perderlo todo.-contestó él, apoyado en una pose despreocupada en el marco de la puerta, la corbata suelta, la camisa arrugada, el cabello revuelto.

-¿Eso es lo que le pasó?

-¿Y usted?¿Cree en el amor?-preguntó tras una pequeña pausa, evitando contestar a su pregunta.

-Creo en lo bueno que saca de las personas.”

domingo, 6 de marzo de 2011

Vigesimoséptimo día.

En un arranque de inspiración surrealista, el fluir de mi pensamiento.

-Yo soy fuerte. Soy fuerte. Y las personas fuertes no lloran ni se esconden ante las adversidades, las superan. Yo soy de aquellos que se encogen de hombros y dejan pasar las cosas porque les son indiferentes. Les son indiferentes porque saben que podrán salir del hoyo.
-Hasta la persona más fuerte puede tener momentos de debilidad.
-Yo no. Tengo una familia que depende de mí y no puedo permitirme dejarme caer. Yo puedo hacerlo todo.
-No. No puedes. Si sigues así, acabarás por volverte loca.
-Ya lo estoy. Lo estoy. Si no lo estuviera, tú no estarías aquí.
-Es que yo no estoy aquí. Ni siquiera existo. Sólo soy un fruto de tu imaginación.
-No es cierto.
-Algún día abrirás los ojos y te darás cuenta.
-Entonces será demasiado tarde. No importará nada. ¿Qué se le va a hacer? Ya no podré arreglarlo. Sólo trataré de compensar mis errores de alguna forma.
-Tienes que hacerme desaparecer para poder estar con ellos.
-Imposible. Ya formas parte de mí.
-Acabaré contigo.
-Pero yo te amo…
-No me amas. Tú no puedes amar.”