miércoles, 27 de abril de 2011

Trigésimoctavo día.

Por fin, volvió mi inspiración. Empezaba a preocuparme.

"Y, en un golpe del destino, encontré sus ojos a través de la multitud, persiguiendo los míos hasta alcanzarlos en una mirada devastadora, catastrófica, atormentada, implacable, infinitamente profunda, que lo arrasó todo y me sumergió en un torrente verde y azul. Y una curiosidad mórbida prendió su llama dentro de mí. Tenía que saber quién era. Tenía que hablarle.
Pero cuando la emoción se calmó y me dirigí hacia donde estaba él, se había ido. Entonces lo supe. Supe que volveríamos a vernos, que no descansaría hasta volver a ahogarme en esa mirada infinita, en ese océano inmenso. En aquel momento, algo me dijo que, cuando lo encontrara, estaríamos juntos siempre."

viernes, 8 de abril de 2011

Trigesimoséptimo día.

Por fin, viernes, y otra cosa escrita por mí.

"Pero tú no estás. No estás. Y quizá fue culpa mía que te fueras. O no. Quizá fuimos los dos. Pero duele tanto pensar en todos aquellos años. Duele tanto levantarse cada mañana y pensar en ti, y buscarte, y descubrir que te fuiste, que no eras más que un sueño. El corazón late tan deprisa que parece a punto de estallar. Atrapado, atado fuertemente con cadenas que lo aplastan cada vez más. Y grito, y no me oyes, allá lejos. ¿Hasta cuándo durará esto? Te echo de menos. ¿Volverás a buscarme? Un día me prometiste que sí lo harías. ¿Acaso era mentira? No sé, puede que sí. Al fin y al cabo, también me prometiste que no me dejarías sola. Ya no puedo confiar en ti. No puedo sentarme a esperar a que vuelvas. ¿Sabes…? Yo antes no dependía de nadie. Entonces llegaste tú y lo cambiaste todo. Me cambiaste a mí, revolucionaste mi vida, mi alma, mis sueños. Incluso mi forma de pensar. Te amaba tanto. Te amo tanto. Y una parte de mí aún sigue queriendo correr a buscarte, a suplicarte que la dejes a ella y que vuelvas conmigo. La otra parte es el orgullo. Y me confunden, me confunden y hay veces que tengo que sujetarme con fuerza a algo para no ir hacia ti. Y me repito una y otra vez que, si ahora no estás, no merece la pena. Ahora, que es cuando más te necesito. Quizá logre olvidarte algún día, pero hoy no. Hoy te amo. Eso es todo."

sábado, 2 de abril de 2011

Trigésimosexto día.

Pesimista, profundamente pesimista. En fin, I'm sorry.

"La voz que me susurraba palabras al oído se ha apagado. Ya no escribo nada. Silencio. Sólo silencio. Y trato de encontrar de nuevo esa fuente de inspiración que arrancaba versos de mi pluma. Y me pierdo. Estoy perdida, inmersa en medio de una oscuridad densa, que me aplasta, que me mantiene pegada al suelo. Densa y húmeda como una bruma. Tristeza. Respiro tristeza en cada rincón de estas cuatro paredes que se cierran cada vez más. Mis gritos quedan ahogados en una inmensidad sin eco. Vértigo. Miro hacia lo alto y me siento tan pequeña. ¿Dónde estará el cielo? Mil millones de kilómetros nos separan. Niebla. Niebla que me ciega. No veo nada, no veo nada. Busco alguna luz que brille en este pozo negro. Oh, Dios. Mantenme despierta. No me dejes caer. Abrázame.
La vida cercenó mis alas y ya no puedo volar. Y todos mis sueños bailan a mi alrededor en una danza desgarradoramente hermosa. Se escapan, se alzan. Salto, pero mis pies permanecen pegados al suelo; grito, pero mi voz es absorbida por la nada; añoro aquellos días de paseos por el cielo, y lloro.
No queda nada, la tinta desaparece al tocar el papel y mis ideas se esconden más allá de esa superficie blanca."