martes, 28 de diciembre de 2010

Decimoctavo día.

Y de nuevo, otro poema de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, alias Pablo Neruda.

"Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.

A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre girnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarle cómo eras entonces, cuando aún no existías.

De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.

Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraeron al cielo.

Tú estás aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin ambargo alguna vez corrió una sombre extraña por tus ojos.

Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.

Cuánto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.

Mis palabras llovieron sobre tí acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos."

("Tú me responderás hasta el último grito"...)

martes, 21 de diciembre de 2010

Decimoséptimo día.

Hoy, un poema de Bécquer. La verdad es que me gusta más Neruda, no sé, es menos "pollo". Pero también me encantan los poemas de Bécquer. Ahí va:

Entre el discorde estruendo de la orgía
acarició mi oído
como nota de música lejana,
el eco de un suspiro.

El eco de un suspiro que conozco,
formado de un aliento que he bebido,
perfume de una flor que oculta crece
en un claustro sombrío.

Mi adorada de un día, cariñosa,
"¿En qué piensas?", me dijo.
"En nada..." "En nada,¿y lloras" "Es que tengo
alegre la tristeza y triste el vino".

martes, 14 de diciembre de 2010

Decimosexto día.

"Tantas palabras que quedaron sin decir, tantos versos que nadie pudo nunca escribir. Tantos sentimientos enjaulados en un corazón cerrado al amor. Tantos abrazos y besos soñados que se quedaron en sueños temblorosos a la luz de una vela que se apagaba. Miedo. Miedo de sentir algo que no se debía sentir, de ser rechazado, de agarrarse a una rama demasiado débil y caer al vacío. Dos corazones latiendo el uno por el otro, al unísono, buscándose, buscándose. Tratando de darse la mano y dejarse ir. Y el orgullo y el temor hablaron por ellos, disfrazándolos de indiferencia y desprecio. Y no pasó nada. Lo dejaron ir. Aquel amor que debería haberlos unido para siempre se desvaneció, formando virutas blancas en el aire helado. No hubo despedida. Nunca hubo nada y a la vez lo hubo todo. Se quisieron. Ya no, es cierto, pero siempre quedarán todas aquellas cosas hermosas que pudieron haber pasado y que los atormentarán eternamente. Pero no pasó nada. No pasó nada.".

domingo, 5 de diciembre de 2010

Decimoquinto día.

Otra entrada escrita por mí. La inspiración me sonríe.

"Como un niño al que arrancan violentamente de los brazos de su madre. Como un pedazo de roca que se desprende y cae, golpeando paredes, hasta estrellarse en mil pedazos en el fondo de un acantilado. Como una rama seca arrastrada por la corriente, río abajo, río abajo, hasta encontrar una cascada que la rompe. Así nos separaron a nosotros. Un impacto agresivo, doloroso. Solos, solos. Ahora más que nunca. Nos necesitamos. Me necesitas. Te necesito. Tenemos que estar juntos, para poder saltar sobre el tiempo y volver a ser felices. ¿Confías en mí? Escala, escala por estas paredes de arena que se desmoronan. Búscame. Yo saltaré del precipicio más alto para reunirme contigo.¿Dónde estás? Encuéntrame, encuéntranos. Volvamos a estar juntos. Subamos contra corriente para morir juntos en lo alto de la montaña. Seamos tú y yo. Uno. Siempre. Para toda la vida."