"Cierro los ojos y me sumerjo en un silencio sangriento. Las horas se deslizan a mi alrededor con movimientos agónicos. Pero yo no. Yo no me muevo. Me quedo aquí sentada, descansando en el desastre, esperando a que alguien me ofrezca una mano y me saque del dolor. Anclada en una desesperación ácida. En un eco gris. En un suspiro moribundo. Y mis sueños vagan por un camino de polvo y piedras hacia ninguna parte, buscando, buscando, alzando la mirada al cielo. Tratando de encontrar una salida. Unas escaleras invisibles colgadas de la luna. Pero no hay ni una nube. Las lágrimas se evaporan antes de tocar el suelo, y sólo queda un rastro salado. ¿Adónde ir? La oscuridad se lleva mis más profundos anhelos. Pensé que podría. Pero todo está lejos ahora. Y las cadenas pesan, y las rocas se cierran sobre mí, y los rayos del sol desaparecen. Y un trueno hace temblar el mundo. Y yo no me muevo. Yo no me muevo."
Donde las palabras duermen
"No. No lo intentes. Hazlo, o no lo hagas, pero no lo intentes."
lunes, 26 de septiembre de 2011
Cuadragésimo octavo día.
Después de casi dos meses y medio, trato de publicar algo decente. Mi inspiración ha volado lejos. En algún momento volverá de sus vacaciones, espero. Pero sin agobios. Por ahora, esto es de lo único que he conseguido escribir.
viernes, 15 de julio de 2011
Cuadragésimo séptimo día.
"Ahora sólo queda recoger las cenizas de aquel amor tan grande que tuvimos. Y sí, siempre estuvo bien tener aquella burbuja de sueños junto a ti. Pero la realidad ha caído sobre mí piedra por piedra, golpe por golpe, y ya no tengo nada claro. Quizá lo más sano para ambos sea separarnos, para crecer libres."
miércoles, 13 de julio de 2011
Cuadragésimo sexto día.
Últimamente me siento extraña. Reflexiono, reflexiono constantemente. Tal vez sea que tengo demasiado tiempo libre. Benditas vacaciones.
"Mariposas de la noche. Vuelan en la oscuridad, allá arriba. Lejos, muy lejos. Me recuerdan que ellas son las únicas que pueden escapar de esta farsa. Y mientras tanto yo me quedo aquí, sola, perdida, llena de temor y desconcierto. Y mientras tanto la agonía me consume a cada instante. Estoy confusa. Hoy ya no tengo claro dónde se supone que debo ir, que debo estar. Ansío abrir mis alas y abandonarme al vacío. Entregarme al viento. Olvidar que un día alguien me dijo que en mi destino no entraba salvarme. Quiero huir. Seguir la luz que se cuela entre las rejas de mi jaula. Buscar algo mejor. Vivir. Vivir, libre."
"Mariposas de la noche. Vuelan en la oscuridad, allá arriba. Lejos, muy lejos. Me recuerdan que ellas son las únicas que pueden escapar de esta farsa. Y mientras tanto yo me quedo aquí, sola, perdida, llena de temor y desconcierto. Y mientras tanto la agonía me consume a cada instante. Estoy confusa. Hoy ya no tengo claro dónde se supone que debo ir, que debo estar. Ansío abrir mis alas y abandonarme al vacío. Entregarme al viento. Olvidar que un día alguien me dijo que en mi destino no entraba salvarme. Quiero huir. Seguir la luz que se cuela entre las rejas de mi jaula. Buscar algo mejor. Vivir. Vivir, libre."
viernes, 17 de junio de 2011
Cuadragésimo quinto día.
Hope you like it.
"Miro a la gente pasar y me siento sola. Pequeña. Lo cierto es que nadie debería sentirse así. Parecen tan felices que mi amargura crece y eclipsa todo lo demás. Quizá lo mejor para ambos sería que nos olvidásemos el uno del otro. Quizá no merece la pena seguir luchando y cayendo una y otra vez por un amor que se desvanece. No hay solución. Esta vez no. Y me observo a mí misma y no veo nada más allá de esta niña que se consume en su propio odio. En su propia guerra. No veo nada más allá de esta máscara que se cae a pedazos al intentar sonreír. Desengaño. Me creía tan grande, tan imperturbable. Tan fuerte. Pensaba que nadie podría nunca conmigo. Entonces llegaste tú y rompiste mis esquemas. No soy fuerte, pues una sola caída pudo destruirme por completo. No soy imperturbable, pues un soplo de viento pudo levantar un tsunami dentro de mí. No soy tan grande, pues tú lo eras mucho más. Un solo beso podría haberlo cambiado todo. Una palabra, un gesto. Pero tú no hiciste nada. Intentaste ignorar aquello que nos pasaba. Pensabas que fingiendo que todo iba bien las cosas acabarían arreglándose. Siguiendo aquella estúpida costumbre de negar los problemas en silencio, pensando que, si no los sabe nadie, no existirán. Creyendo que, si no los cuentas, se desvanecerán. Tal vez por vergüenza, o por miedo al rechazo. Pero no. Negarlo no sirve. Y los problemas y los sueños rotos y los desengaños y las decepciones nos aplastaron, y nos perdimos. Olvídalo. Nunca debimos jugar a esto."
viernes, 10 de junio de 2011
Cuadragésimo cuarto día.
Para que quede claro, no existe ningún tipo de continuidad en mis entradas. Están numeradas porque me pareció que quedaba bien, sólo eso.
Mi primer escrito como persona libre:
Mi primer escrito como persona libre:
"En ocasiones parpadeo y me encuentro en lo alto de un precipicio. Frente a mí se extiende, implacable, infinito, opaco, el mar. Dudo si saltar o no. Un trueno sacude el mundo. Tropiezo. ¿Qué voy a hacer? Me confundo. Ya no sé si te echo de menos o me he acostumbrado a no verte. Ese vacío que me esperaba más allá del cielo enturbiado parece cada vez más lejano. ¿Es el paraíso, que se aleja, o tu recuerdo, que por fin se desvanece?
El puente que construimos juntos era débil. Todo el mundo sabe que no se puede construir nada sobre cimientos de mentiras. Todo el mundo sabe que nada crece en la tierra yerma. Pero nosotros no lo supimos. Intentamos atravesar el pozo, juntos. Tratamos de hacer crecer el amor en dos corazones muertos, inertes, vacíos. Vacíos de todo.
No estábamos preparados para esto. Creímos que todo era posible. Pensamos que éramos capaces. Pero no. Maldita sea, ¿Por qué no nos dimos cuenta? Ahora ya no hay vuelta atrás. Nos destruimos, ardemos, ardemos, crepitamos, estallamos en un millón de esquirlas doradas.
La tormenta descarga sobre mí su ira eléctrica. Un sollozo trepa por mi columna y me provoca un escalofrío. Las piernas me fallan. Caigo al suelo, la lluvia se confunde con mis lágrimas. Me quedo allí, esperando quizá a que un rayo me alcance y acabe con todo. Sólo puedo sentirlo. El dolor es tan intenso que parece que las finas estructuras que me mantienen a flote se resquebrajan y chirrían, a punto de partirse.
No voy a volver a mentirte. No podría. Ahora lo único que queda es un puñado de ruinas en llamas, nada más. Pero está bien así. Está bien así."
jueves, 9 de junio de 2011
Cuadragésimo tercer día.
¡Por fin, libreeeeeeeeeeeee!
Esto es una parte de "Los renglones torcidos de Dios", de Torcuato Luca de Tena.
"-¿Qué piensa usted de las artes?
-El arte es la ciencia de lo inúl.
El médico frunció la frente, sorprendido. Aquella respuesta no cuadraba con la personalidad que había creído adivinar en su paciente.
-¿Quiere decir que desprecia usted las artes, que las considera algo trivial, y a quienes las practican gentes desocupadas que no tienen otra cosa mejor que hacer?
-¡Nada de eso, doctor!¡Considero que el arte es tanto más sublime cuanto mayor es su inutilidad!
-Explíquese mejor.
-El hombre es el único animal que se crea necesidades que nada tienen que ver con la subsistencia del individuo y con la reproducción de la especie. No le basta comer para alimentarse, sino que condimenta los alimentos, de modo que añadan placer a la satisfacción de su necesidad. No le basta vestirse para abrigarse, sino que añade, a esta función tan elemental, la exigencia de confeccionar su ropa con determinadas formas y colores. No se contenta con cobijarse, sino que construye edificios con líneas armoniosas y caprichosas que exceden de su necesidad: lo cual no ocurre con la guarida del zorro, la madriguera del conejo o el nido de la cigüeña. ¿Hay algo más inútil que la corbata que lleva usted puesta?¿De qué le sirve al estómago una salsa Cumberland o un chateaubriand a la Périgord? ¿Qué añade al cobijo del hombre el friso de una escayola o las orlas en forma de signos de interrogación de los hierros que sostienen el pasamanos de una escalera? Pues bien: todo eso que está inútilmente “añadido a la pura necesidad”… ¡ya es arte! La gastronomía, la hoy llamada alta costura y la decoración son las primeras artes creadas por nuestra especie, porque representan los excesos inútiles añadidos a las necesidades primarias de comer, abrigarse y guarecerse."
sábado, 4 de junio de 2011
Cuadragésimo segundo día.
Tres días. Tres días y seré libre.
Espero que os guste(y que comentéis o algo). A mí me gustan mucho vuestros blogs y me gustaría comentaros, pero, jo, no sé por qué no puedo meterme en otras páginas con la cuenta abierta y no puedo poner comentarios. Es frustrante, me molesta. Veré a ver si logro solucionarlo.
"Cierro los ojos y sólo respiro. Paz. Por unos momentos, estamos solos, el silencio, la oscuridad, el vacío y yo. Y si no pienso en nada el olor del mar inunda mis pulmones. Sonrío. Ojalá pudiera quedarme así para siempre, ajena a todo. Ojalá pudiera olvidarme por unos instantes de que la realidad acecha más allá de mis párpados cerrados.
Pero en algún momento de mi sueño despierto y la luz me ciega, y el ruido vuelve, y el olor del mar es sustituido por el del humo, la sangre, la derrota. Acercándose, haciéndose cada vez más fuerte. Grito en medio de este viento huracanado que me impide pedir ayuda. Pero nadie puede oírme. La vida se lleva mi agonía hacia alguna parte. Sería tan fácil dejarme llevar. Sería tan fácil abandonarlo todo…"
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